Según LCG, las reservas ascendían a US$ 46.885 millones hasta el 21 de octubre; con lo que acumularon una baja de US$ 19.400 millones desde el viernes previo a las PASO.
Las reservas netas (descontando el swap con China, los préstamos de organismos internacionales y los encajes que respaldan los depósitos en moneda extranjera) sumaban US$ 11.270 millones. "No alcanzarían a cubrir 3 meses de alicaídas importaciones (US$ 4 mil millones según el dato de septiembre)", señalaron desde la consultora.
Asimismo, la salida de depósitos privados en dólares se mantiene persistente, aunque la magnitud de la corrida parece haber mermado en relación con lo ocurrido en las primeras semanas post PASO. No obstante, la marcada caída de las reservas en los últimos días supera ampliamente la demanda del Tesoro para afrontar los pagos de deuda (Letes e intereses) lo que hacen presumir que la salida recupero intensidad.
"En nuestra opinión no hay razón para vender a un tipo de cambio que el mercado considera 'barato' por un largo período de tiempo, pero los incentivos del Gobierno saliente están dirigidos a retirarse con la menor inflación posible, aunque ello implique entregar un BCRA con pocas reservas y endosarle el problema a la próxima gestión. Así, si el organismo monetario quiere, puede dejarle la sorpresa ('caos') al gobierno entrante: reservas por el piso y sed de dólar por parte de los ahorristas", analiza el informe de LCG.
En cuanto a la capacidad del BCRA para hacer frente a una demanda potencial de dólares en lo que queda del año consideraron que "entre la parte de los depósitos que saldrían del sistema y los vencimientos no renovados existe un potencial de US$ 17,7 mil millones que podrían transformarse en demanda de dólar billete". Con un dólar a $65, el BCRA se consumiría prácticamente la totalidad de las reservas netas para dar salida a esta demanda potencial. "Se quedaría con un remanente marginal de US$ 1,2 mil millones", concluyen.
