Tucumán había sido escenario del encuentro que le permitió lanzar la promesa de acuerdo social. Fue en campaña, entre las PASO y las generales. Y con un coloquio de la Unión Industrial local como eje. Ahí estaba la conducción de la CGT, la mesa directiva de la UIA (que luego no esperaría al presidente Mauricio Macri en acto con empresarios en Córdoba) y varios mandatarios provinciales. La escena se repitió ayer, con anclaje institucional. El entonces candidato Alberto Fernández ya es electo presidente y tuvo como telón de fondo la asunción del gobernador tucumano Juan Manzur, uno de los más consustanciados con la figura del referente del Frente de Todos.
“Gracias Juan por invitarme. El 11 de septiembre, cuando los maestros celebraban su día, estuve aquí en este teatro, y entonces escucharon mis propuestas para esta Argentina que tiene que ponerse de pie, después de un escenario con políticas que la han dejado complicada”, abrió su mensaje el Presidente electo. “Empecemos a pensar la Argentian de otra manera, porque si hacemos las mismas cosas vamos a tener los mismos resultados. La Argentina es una toda, no hay argentinos de primera y de segunda. La ética de la responsabilidad social de la que tanto nos habló Alfonsín, nos exige que aquellos argentinos que peor están sean los primeros en ser atendidos”, sostuvo ante una tribuna colorida y con muchos aplausos. Y agregó: “Vamos a hacer la mejor de nuestras epopeyas, vamos a arremangarnos todos para que en Argentina nadie más pase hambre. Y ese no va a ser el éxito de un gobierno, sino el éxito de toda la Argentina”.
En San Miguel de Tucumán se dieron cita los gobernadores Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Casas (La Rioja), Sergio Uñac (San Juan) y Gerardo Zamora (Santiago de Estero). A ellos se les sumó el vice santiagueño y senador electo, Emilio Neder, la vicegobernadora bonaerense electa e intendenta de La Matanza, Verónica Magario, y el gobernador electo de La Rioja, Ricardo Quintela. Un grupo variado de mandatarios provinciales, por lo pronto, más ligados al peronismo tradicional, aunque no necesariamente distante de Cristina Kirchner.
“Vamos a hacer la mejor de nuestras epopeyas, vamos a arremangarnos todos”, sostuvo Fernández junto a sindicalistas y empresarios.
Por el lado de los sindicalistas estuvieron los esperados. Y también hubo lugar para algunas sorpresas. La nutrida comitiva estuvo integrada por el secretario general de la CGT Héctor Daer, Sergio Palazzo (La Bancaria), Jose Luis Lingeri (Obra Sanitarias), Roberto Fernández (UTA), Víctor Santa María (porteros), Omar Viviani (taxistas), Antonio Caló (metalúrgicos), Andrés Rodríguez (UPCN), Carlos Acuña (estaciones de servicio) y Julio Piumato (judiciales). Dirigentes con pertenencias variadas y relaciones diversas con la actual gestión de Cambiemos. Desde la oposición abierta de Palazzo y Santa María, a la más colaboratiiva de Lingeri. De todos modos, ninguna generó tanta sorpresa como la del dirigente de los peones rurales Ramón Ayala, que acompañó la gestión de Macri hasta ahora y que formaba parte de los dirigentes que solicitaban su reelección.
Por el lado de los industriales estuvieron el titular de la UIA, Miguel Acevedo; su segundo, Daniel Funes de Rioja; y el presidente de la Confederación Empresaria de la República Argentina (CGERA), Marcelo Fernández.
“El mayor daño que ha hecho este tiempo fue condenar a la pobreza a cuatro de cada diez argentinos a uno de cada dos chicos menores de 14 años. Volvimos a escuchar la palabra hambre. En este país que se jacta de producir alimentos para millones de personas, pero no supo garantizar los alimentos para los pobres”, sostuvo Fernández en otra parte de su discurso. “Aquellos que el Estado Nacional abandonó, si no fue más grave, es porque existieron intendentes y gobernadores que fueron en socorro de esos pobres”, agregó el presidente electo, con un guiño a los gobernadores que lo escuchaban a su lado.
