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Larreta y Suárez buscan salir airosos en sus duelos

Como candidatos, esperan que prevalezca la racionalidad en el oficialismo nacional para enfrentar elecciones locales en las que siguen siendo favoritos

03 septiembre de 2019

Ambos eran favoritos en sus duelos. Ampliamente en el caso de Horacio Rodríguez Larreta en su pelea por retener la jefatura de Gobierno de la CABA que el PRO ejerce desde hace doce años. Y de manera más acotada Rodolfo Suárez, en un intento de reemplazar a su correligionario Alfredo Cornejo al frente del ejecutivo mendocino. Pero la situación nacional (crisis económica y financiera retroalimentada, derrota electoral en las presidenciales de Juntos por el Cambio) y el frente interno, que muestra diferencias entre sectores de la misma coalición que integran, complican las cosas. Y les exige mayores esfuerzos para evitar un escenario adverso.

Las elecciones en Mendoza se realizarán el domingo 27, en turno desdoblado del nacional, lo que, en este contexto, resulta un aliciente para oficialismo provincial. Suárez y Cornejo lo viven de ese modo, con críticas explícitas al presidente Mauricio Macri y cuestionamientos sobre la pertinencia misma de su candidatura. El revés de Macri-Pichetto en la provincia fue ciertamente inesperado. Alberto Fernández obtuvo más del 40% de los votos frente a poco más del 37% del binomio de Juntos por el Cambio.

En las primarias provinciales del 9 de junio, el intendente de la capital de la provincia cuyana venció al intendente de Luján de Cuyo, Omar De Marchi, por una diferencia considerable: 29,46% a 12,15%. Mientras que la dirigente de La Cámpora, Anabel Fernández Sagasti venció de manera más ajustada al intendente de Maipú, Alejandro Bermejo: 18,33% a 17,31%. De esa manera, el frente oficialista recogía 42,89% de los votos, frente al peronismo que cosechaba 35,64%. Suárez sigue siendo favorito, pero Fernández Sagasti, con apoyo explícito de Fernández, espera sumar a Mendoza a la ola nacional del Frente de Todos.

En la Ciudad de Buenos Aires, la diferencia a favor de Rodríguez Larreta sigue siendo considerable. Pero el escenario porteño tiene dos particularidades que le quitan la sonrisa al jefe de Gobierno. Por un lado, la elección general no será desdoblada, como tradicionalmente ocurre (el oficialismo porteño modificó la ley para que así sea). Por el otro, necesita de la mitad de los votos efectivos más uno para evitar el balotaje. En las PASO del 11 de agosto, la diferencia en favor de Larreta fue importante. Se impuso por el 46,33% a 32,05% de Matías Lammens, el candidato del Frente de Todos. Pero tendrá que hacer una mejor elección, en un contexto más complicado económicamente, para evitar la segunda vuelta. La experiencia de 2015, con el resultado ajustado con Martín Lousteau, hoy oficialista y candidato a senador nacional en la misma boleta, tiene sabor a mal trago.

Ambos candidatos necesitan que los electores voten con “lógica local” y, al mismo tiempo, que el Gobierno Nacional en el cual se referencian logre apaciguar los indicadores socioeconómicos en caída libre. Cierto predomino de los sectores más dialoguistas y moderados de la Casa Rosada y los primeros resultados (muy provisorios y endebles, todavía) del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, cotizan en alza en los equipos de campaña de los oficialismos mendocino y porteño.

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