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Crecen las divisiones en los principales bancos centrales

27 septiembre de 2019

Los bancos centrales siguen muy activos tomando medidas de estímulo monetario en un contexto de desaceleración del nivel de actividad y de baja inflación.

Ayer, como se preveía, el Banco de México recortó la tasa de interés en un cuarto de punto por segundo mes consecutivo y la llevó al 7,75% anual. Fue una baja de la misma magnitud que la de agosto (la primera en cinco años) y que está en línea con un nivel de inflación que está apenas por debajo de la tasa central de la meta del Banxico que es de 3%. A su vez, la estimación de crecimiento para este año se ubica en un rango entre 0,2%/0,7%, mientras que la de 2020 es de 1,5%/2,5%.

También se espera que antes de fin de año la Reserva Federal y el Banco Central de Brasil vuelvan a bajar la tasa mientras que el Banco Central Europeo y el Banco de China pondrán en marcha políticas de estímulo monetario.

De todas maneras, hay quienes sostienen que ya se hizo mucho en ese sentido y que no son necesarias nuevas medidas. Eso se vio reflejado en las últimas reuniones de la Fed y el BCE en las cuales hubo votaciones divididas porque ni Jay Powell ni Mario Draghi lograron un apoyo unánime a la baja de tasas que propusieron. En la Fed, el resultado de la votación fue de 7 a 3, mientras que en el BCE apoyaron el recorte 7 sobre 25 miembros con derecho a voto.

Hasta en Alemania hay discrepancias. Esta semana, renunció a su puesto en el BCE, Sabine Lautenschlaeger disconforme con el rumbo que había adoptado, pero Angela Merkel, en un mensaje conciliador, sostuvo que los gobiernos debían hacer su parte para no sobrecargar a la autoridad monetaria. Mientras tanto, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, se opuso a la reimplantación de la política de compra de activos y sostuvo que la “economía no estaba tan mal” por lo que no se justificaban los estímulos monetarios. En sentido contrario, el economista Jefe del BCE, el irlandés Philip Lane, sostuvo que todavía hay espacio para reducciones adicionales de las tasas de interés.

Por su parte, el presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, Charles Evans, sostuvo que no veía necesario un nuevo recorte de tasas antes de fin de año porque considera que están en un nivel adecuado, aunque también sostuvo que estaba dispuesto a discutir la cuestión.

Está claro que hay visiones contrapuestas pero todo apunta a que el diferencial de tasas entre los países ricos se mantendrá, y eso seguirá haciendo más atractivas las colocaciones en dólares. Si a eso se suma que la economía de Estados Unidos tiene un desempeño muy superior al del resto de las desarrolladas (crece al doble que la zona euro), el resultado será que el dólar se seguirá valorizando contra las demás monedas. Ese es un escenario que no favorece a los países emergentes y que hará que las tensiones se mantengan en los mercados globales porque Donald Trump acusa a varios países de manipular sus monedas para ganar competitividad frente a la producción estadounidense.

Pero por más que la Fed baje la tasa más agresivamente como pretende Trump, el dólar se desvalorizará frente al resto de las monedas si los otros países no mejoran su performance económica.

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