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PBA: radiografía de la derrota

La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal sintió el impacto de las urnas. El Frente de Todos ganó en distritos que le habían dado la espalda al kirchnerismo en las elecciones anteriores

13 agosto de 2019

El sistema político no vio venir lo que fue la más dura pérdida para el oficialismo: la gobernadora María Eugenia Vidal fue derrotada en “la madre de todas las batallas” a manos del ahora candidato del Frente de Todos, Axel Kicillof.

La figura más taquillera del conglomerado del oficialismo, salió gravemente herida de las PASO, y el ánimo en las filas de Juntos por el Cambio bonaerense no es el mejor de cara a octubre, sobre todo porque en la provincia no hay segunda vuelta. Con una diferencia de 17 puntos (49% a 32%), la suerte parecería estar definida para la gobernadora que ayer brindó una conferencia de prensa junto a su vicegobernador, Daniel Salvador, tomando distancia del diagnóstico de la Casa Rosada.

Tanto en el oficialismo como en el frente que nuclea al peronismo y al kirchnerismo eran conscientes de las dificultades que exhibía Mauricio Macri en el conurbano, donde se concentra el mayor conglomerado urbano del país y la más alta cantidad de electores.

La inflación, la caída del salario y el crecimiento del desempleo tuvieron su correlato en los resultados electorales que no dejaron de sorprender tanto por lo abultado del triunfo, como por las áreas geográficas en donde el peronismo volvió a imponerse, luego de que la “ola amarilla” arrasara tanto en 2015 como en 2017.

En la primera y tercera secciones electorales (que concentran los populosos distritos del conurbano), se dio la lógica. El FdT se impuso en ambos casos superando a Vidal en más de 1.500.000 de votos.

La primera, concentra poco más de 4.500.000 de electores, y en 2017 fue clave para que Esteban Bullrcih se imponga sobre Cristina Kirchner. Sin embargo, Kicillof logró imponerse por medio millón de votos, fundamentalmente obteniendo sólidas victorias en los distritos populosos de la zona oeste, como Merlo o Moreno, en donde el FdT cosechó guarismo que rondaron el 60%.

En el oficialismo eran conscientes de las dificultades de Macri en el conurbano, donde está el mayor conglomerado urbano.

Allí, en la zona norte del conurbano solo salvaron la ropa Vicente López y San Isidro, conducidos por Jorge Macri y Gustavo Posse respectivamente.

En otros distritos gobernados por el PRO, como Tres se Febrero, Morón o Pilar, el FdT logró imponerse de manera holgada, lo que anticipa que muchos jefes comunales amarillos buscarán su reelección aplicando una lógica local en sus campañas de cara octubre.

La tercera (la única sección donde se había impuesto Unidad Ciudadana en 2017), aglutina poco menos de 4.600.000 electores y allí primó lo esperado. La fórmula encabezada por Kicillof aventajó a Vidal en más de 1.000.000 de votos, algo muy difícil de contrarrestar teniendo en cuenta los exiguos triunfos del oficialismo en otras regiones.

En municipios como Quilmes y Lanús (los dos municipios PRO), el oficialismo fue derrotado.

Pero mucho más llamativo fueron los resultados en el interior de la provincia más grande del país. El oficialismo bonaerense siempre apuntó a imponerse holgadamente en dichos distritos, como una manera de contrarrestar la fortaleza del peronismo (y en especial de la figura de Cristina Kirchner) en el conurbano, pero dichas expectativas no se plasmaron.

De trasladarse los resultados de las PASO a octubre, el peronismo recuperaría 21 distritos que hoy gobierna el oficialismo.

En la quinta sección (la tercera en volumen demográfico) que aglutina 1.200.000 votantes, la gobernadora se impuso por tan solo 20.000 votos. Un número demasiado modesto para el aluvión de votos que el peronismo supo cosechar en el conurbano.

Mucho más llamativos fueron los resultados en la segunda y cuarta secciones. Ambas regiones concentran distritos con una alta incidencia de voto rural, como Junín, Chacabuco, Pergamino o Arrecifes, que en los últimos procesos electorales se habían mostrado refractarios al peronismo.

En la segunda, el FdT logró imponerse por poco más de 25.000 votos, una cifra pequeña, pero que tiene mucho peso simbólico si además se suma el perfil de Kicillof, de kirchnerista duro. En la cuarta, la victoria fue pírrica para el FdT. Apenas 2.500 votos de ventaja, lo que no deja de ser llamativo como demostración del cambio de humor social.

En la sección capital (la octava), Vidal perdió por poco menos de 30.000 votos, un dato elocuente teniendo en cuenta además, que La Plata es el segundo padrón más grande de la provincia detrás de la inexpugnable La Matanza.

Tanto en la sexta, como en la séptima se dio lo esperado, y Vidal se impuso sobre Kicillof aunque su incidencia en el conteo final de votos, es menor.

De concretarse los resultados de las primarias en octubre, el peronismo lograría recuperar 21 distritos que hoy están siendo gobernados por el oficialismo. En muchos de ellos, (Quilmes, La Plata) el FdT tuvo primarias, lo que hace pensar que el desafío de los respectivos candidatos del peronismo estará en retener los votos de sus rivales.

En General Pueyrredón (Mar del Plata), Guillermo Montenegro logró imponerse sobre Vilma Baragiola, en la interna más importante que tuvo el oficialismo a nivel bonaerense, aunque Fernanda Raverta (FdT) fu la candidata más votada individualmente.

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