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Lavagna y Espert buscan minimizar el impacto del “voto útil”

Tienen el pasaje a las generales asegurado, pero corren el riesgo de licuar su caudal de las primarias a las generales

06 agosto de 2019

Según todas las encuestas que se publicaron hasta la semana pasada, Roberto Lavagna y José Luis Espert superan con cierta holgura el límite necesario para participar de las elecciones generales de octubre, pero también parecen lejos de ofrecerse como tercera fuerza con posibilidades, como alternativa viable ante los candidatos de Juntos por el Cambio y del Frente de Todos. ¿Cómo encaran el tramo final de la campaña para que no quedar atrapados en una polarización creciente? ¿Cómo se prepararán para no perder el caudal de votos que cosecharán el domingo próximo en las PASO?

Lavagna intentó convertirse en el candidato de la unidad de la oposición no kirchnerista, incluido el espacio Alternativa Federal. No lo consiguió. Sumó al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey como su precandidato a vice, pero no pudo agregarle mayor densidad en términos de dirigentes territoriales de peso a su armado. Ya en campaña y con el sello Consenso Federal hizo eje en el discurso “antigrieta”, como forma de resistir a la polarización, con módicos resultados. Otro eje tiene más relación con su expertise técnico al hacer hincapié en la necesidad de recuperar el aparato productivo y las economías regionales, apelando a su experiencia como ministro de Economía entre 2002 y 2005 en los gobierno de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.

Espert, en tanto, se ofrece como el candidato “antisistema”, como el outsider del sistema político. También economista, a la publicación de varios libros con un diagnóstico ultraliberal de la situación argentina (“La Argentina devorada” o “La sociedad cómplice”) le sumó su decisión de incursionar en política con el principal cargo posible. Con un cierre de listas atravesado por pérdida de socios, presentaciones ante la Justicia y declaraciones cruzados con el oficialismo, Despertar busca quedarse con el votante desencantado de Cambiemos y sectores tradicionales de la derecha argentina. Sus apariciones mediáticas y la dureza de algunas de sus intervenciones le dan visibilidad, y cierta aceptación en algunos segmentos jóvenes.

“Votá sin miedo. Votá sin bronca. Votá en libertad”, es uno de los eslóganes de Espert para mitigar la polarización.

En el tramo final de la campaña, Lavagna buscará apuntalar, junto a su agenda productiva, las críticas a sus competidores respecto de las políticas sociales. “El índice de pobreza infantil está hablando de una situación grave, que requiere crear políticas públicas y prestar principal atención”, señaló en una de sus últimas actividades. “Estamos hablando de las cifras más altas sobre pobreza en niños y niñas en la última década, con un dato alarmante: cerca del 15 por ciento de los nenes que viven en el conurbano están por debajo de la línea de indigencia”, agregó en el mismo sentido. La imagen de la “heladera vacía” predominó en sus spots de campaña y “poner dinero en el bolsillo de la gente” fue una de sus frases más escuchadas. Mientras que la creación de un Consejo para el Desarrollo Económico y Social es una de sus propuestas para salir de la crisis.

En cuanto a Espert, tuvo que superar en las últimas semanas las críticas de economistas y referentes de parecido signo ideológico, posibles votantes en otro contexto, que argumentaron contra la pertinencia de su precandidatura ante la posibilidad de un triunfo del binomio Fernández-Fernández. “Votá sin miedo. Votá sin bronca. Votá en libertad”, responde el economista en sus spots. “El Frente Despertar les propone a los se quedan afuera, aquellos que no quieren ni a los que están ahora ni a los que estuvieron antes, la posibilidad de votar en positivo. Pero, además, las PASO pueden servir para mandarle un mensaje duro al presidente Mauricio Macri sin por ello correr el riesgo de que vuelva el kirchnerismo”, sostiene el periodista Luis Rosales, su precandidato a vice.

El consultor norteamericano Dick Morris, que asesorara al demócrata Bill Clinton en su ascenso a la Casa Blanca y conocido aquí por su trabajo en la campaña de Fernando De la Rúa, le ayudó a dar los trazos finales de su estrategia, que en las últimas horas vino con denuncia de un “pacto político y de impunidad” entre el presidente Macri y su antecesora y precandidata a vice Cristina Kirchner.

Con pretensiones diferentes, ambos saben que la performance que tengan en las PASO será clave para sumar aspiraciones o para quedar más relegados aún en la disputa presidencial de octubre.

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