El Economista - 70 años
Versión digital

mar 16 Abr

BUE 16°C

Incendios en Brasil: un desastre innecesario

El gobierno de Francia declaró que Bolsonaro no respeta sus compromisos con el cambio climático ni actúa en la cuestión de la biodiversidad y que en estas condiciones se opondrá al acuerdo con el Mercosur.

Héctor Rubini 26 agosto de 2019

Por Héctor Rubini Instituto de Investigación en Ciencias Económicas USAL

Desde enero a la fecha se han registrado 75.000 focos de incendio activos en la región amazónica que han arrasado más de 20.000 hectáreas de vegetación. Todo indica que son causados intencionalmente para ampliar la superficie a ser utilizada para actividades agropecuarias. En julio solamente, la deforestación de la región amazónica aumentó nada menos que 278% respecto de igual mes del año pasado.

Bajo el discurso de la administración Bolsonaro, condescendientes con este desastre, subyacen varias falsas creencias sin base empírica alguna: a) que la pérdida de biodiversidad es mínima y reversible, b) que el aumento del calentamiento global sería moderado, y c) que los problemas de suelos resultantes de la desaparición de bosque y jungla, son fáciles de “controlar”.

En Argentina ya sabemos de qué se trata esto de arrasar con el medio ambiente. El giro hacia el casi monocultivo de soja, ganando superficie vía eliminación de superficies arboladas, pasturas naturales y abandono de buena parte de la ganadería extensiva y de otros cultivos no viene de hoy. Las consecuencias climáticas y sobre los suelos no se notaron en los primeros cinco años, pero al cabo de una década y media o dos, la capacidad de retención de lluvia frente a precipitaciones más abundantes y en menor tiempo han complicado seriamente la viabilidad tanto del agro como de municipios enteros y de vías de comunicación. La agudización de los vaivenes de los fenómenos del Niño y la Niña provocaron hasta 2016 el fenómeno que observamos en varios artículos de inundaciones en zonas relativamente “no inundables” y la suba de napas freáticas que provocaron la inestabilidad de edificaciones, no sólo rurales, la aparición de extensas áreas inundables que cortaron rutas y en otros casos las destruyeron, y redujeron las extensiones cultivables. Todavía hoy se pueden ver en la web videos de zonas con tractores e implementos hundidos en el barro, imposibles de ser recuperados.

Mientras en varias zonas de la pampa húmeda, principalmente en el sudeste de la provincia de Córdoba asistíamos a este desastre que ha arruinado a miles de productores y reducido a una actividad mínima a no pocos municipios, con una antelación de unos 5-6 años Brasil asistía, a lluvias anormalmente abundantes y no sólo en los meses de verano. Los derrumbes de morros enteros asociados a la deforestación de la llamada “mata atlántica” para la instalación de viviendas precarias de población desplazada de los barrios pobres de Río de Janeiro y otras ciudades de mediano tamaño contribuyó también a la inestabilidad de los suelos, el desplome de barrios enteros y decenas de muertos y heridos. En el caso de las superficies destruidas, poco y nada se sabe sobre buena parte de las especies animales y vegetales que se están destruyendo. Mucho menos sobre las napas freáticas y ríos subterráneos de la región amazónica.

El desastre que está hoy promoviendo el presidente de Brasil, en línea con el mensaje de su campaña electoral no ha terminado. La ayuda externa, vía iniciativas aisladas no es suficiente para detener esos incendios y no es claro como ni cuando va a terminar. Claramente, lo que espera a todo el mundo es la exacerbación de los vaivenes climáticos que se van a volver en contra del propio Brasil también. No sería de extrañar la recurrentes inundaciones e inusuales tormentas violentas que no sólo podrían arrasar con lo que quede de la flora y de los animales destruidos. Si estas se intercalan con ciclos de uno o más años sin lluvias, la desertificación de extensas áreas no será una mera imaginación de científicos locos.

Frente a esta verdadera locura promovida o consentida por el gobierno de Bolsonaro, había que ser demasiado ingenuo en creer que otros gobiernos no iban reaccionar. El gobierno de Francia ha formalmente declarado que “el presidente Bolsonaro decidió no respetar sus compromisos con el cambio climático ni actuar en la cuestión de la biodiversidad? en estas condiciones Francia se opone al acuerdo con el Mercosur”. Una cuestión que varios líderes del G-7 han propuesto analizar en la cumbre de Biarritz, entre otros la canciller alemana Angela Merkel y los primeros ministros de Francia y Canadá, Emmanuel Macron y Justin Trudeau.

Este viernes el ministro de finanzas del gobierno de Finlandia Mika Lintilä ha propuesto a la Unión Europea el estudio de una medida concreta para prohibir en todo el bloque la importación de carne vacuna procedente de Brasil, principal proveedor de ese producto a Europa. Finlandia es el país que preside hasta fin de año el bloque, y está dispuesto a llevar esta cuestión a la reunión informal de ministros de finanzas de la Comisión Europea del próximo 13 y 14 de septiembre. Por otro lado, el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar rechazó las acusaciones de Bolsonaro a las ONG ambientalistas por los incendios, y sostuvo que su gobierno no ve por qué podría apoyar un acuerdo con el Mercosur.

Los estados que concentran los focos siguen siendo son los de Mato Grosso, Pará, Amazonas, Toncantins y Rondónia, y varios de esos incendios se han extendido a territorio peruano, boliviano y paraguayo. Un verdadero desastre inicialmente promovido por el gobierno de Bolsonaro al reducir la autonomía y capacidad de efectiva del Instituto Brasileño del Medio Ambiente de aplicar multas a los responsables de incendios forestales. Además de acusar a ONG, en los últimos días también puso en duda la veracidad de las fotografías satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil.

Comportamiento propio de un verdadero irresponsable e incompetente, que pone en riesgo acuerdos internacionales que involucran a terceros países, entre otros al nuestro, y la estabilidad climática regional y mundial para el largo plazo.

En esta nota

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés