Los resultados de ayer fueron un baldazo de agua helada. "El mercado esperaba un resultado completamente distinto, con las encuestas apuntando a una carrera pareja y el oficialismo ilusionado con una resolución favorable. Sin embargo, los resultados son contundentes y prácticamente dejan fuera de discusión un escenario de continuidad de políticas", dijeron desde el Grupo SBS. Cuando hay un "mismatch" entre expectativas y realidad, ajustan las valuaciones.
Y eso se sintió. Los primeros movimientos del día fueron muy negativos, agregaron desde el Grupo SBS. Los bonos en dólares cayeron 30% a lo largo de la curva según los precios indicativos de Bloomberg y las acciones se desplomaron en el premarket: GGAL (-40,7%), SUP (-40,1%) y BMA (-33,2%).
Sin embargo, por influencia sobre otras variables (como la inflación y, por ende, el salario real) y peso simbólico (es la madre de todos los precios), las miradas estaban puestas en el precio del dólar. A minutos de iniciada la rueda en el MAE, el dólar saltaba 23% (casi $10,50) a la zona de $55,74. Unos minutos después, aflojó (algo) a la zona de $53, pero estaba tomando envión y tocó valores de $59 cerca de las 10.45, subiendo casi $15 (32%) en menos de una hora. La suba seguía minutos después, con el "billete" en la zona de $61 (+34%) en el día. Más cerca de las 11, descendía algunos escalones a la zona de $56 (+24%) en un MAE volátil como pocas veces visto. Apenas pasadas las 11, el mayorista volvía a $58 y, unos minutos después, a $60. Pasado el mediodía, la suba se moderó (algo) a la zona de $55.
Al final de la rueda, con bajo volumen de negocios y activa participación del BCRA, el dólar mayorista cerró a $52,80 para la compra y $53 para la venta, $7,75 arriba del viernes pasado.
El dólar minorista, a la vez, finalizó a $55 en el BNA, con un aumento de $8,80.
De ese modo, el tipo de cambio mayorista alcanzó nuevos máximos históricos por la incertidumbre y nerviosismo de ahorristas e inversores, pese a la suba en la tasa de Leliq, ventas en los mercados de futuros, por cuenta de Hacienda y propias del BCRA en el segmento de contado, herramientas que utilizó la autoridad monetaria para detener la fuerte suba.
