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¿Dónde queda el piso?

El viernes hubo una gran entrada de inversores. Lo hicieron por dos factores. Uno, la aparición de dos encuestas que dieron mejor al Gobierno. Dos, se piensa que esta pelea política total puso a los valores argentinos con cotizaciones deprimidas, que pueden estar en zona de piso.

12 agosto de 2019

Por Luis Varela 

Con un mundo que está sumergido en un verdadero temblor financiero, con problemas de gobierno en varios países de Europa, con guerra comercial entre Estados Unidos y China, y con los inversores globales buscando refugio, comprando bonos de los considerados países seguros, con ese consistente estremecimiento global, Argentina acaba de celebrar las primarias.

Con esta votación de ayer se conoció una foto, se vio cuál es la ventaja que tienen los Fernández sobre Macri para dirimir el 27 de octubre próximo, fecha de la votación real, quién será gobierno desde diciembre. Ayer hubo un primer resultado, que pone a los candidatos en la etapa final de la pelea, para la cual Alberto Fernández arranca con un a venta superior a la esperada. Desde hoy, con esa foto en la cabeza, empezarán a correr las once semanas que serán, probablemente, las más difíciles de la Historia de Argentina.

Esta disyuntiva que se abre en los próximos 77 días, con 55 ruedas de negocios, tendrán seguramente fuertes sacudidas en los precios del dólar, de las tasas de interés, de los bonos y de las acciones.

Para peor, este enrarecido clima financiero tiene nubarrones en todos lados. Son tan inconsistentes las finanzas a nivel global que al cierre del viernes pasado hubo doce países con inversores que compraron bonos emitidos por sus gobiernos, y esas compras llevaron a los precios de esos títulos a niveles tan altos que quedaron con tasa a vencimiento negativa, no sólo en los papeles que vencen a dos años, sino también en los más largos, que lo hacen dentro de una década. Esto quiere decir que si un inversor pone 100 francos suizos, 100 euros o 100 yenes en esos bonos, en el momento del vencimiento recibirán menos de lo que pusieron.

El viernes pasado, sólo por citar los casos más resonantes, un bono en francos suizos de Suiza pagaba a diez años una tasa del -0,98% anual, un bono en euros de Alemania pagaba -0,58%, un bono en euros de Holanda -0,46%, un bono en euros de Francia -0,27% y un bono en yenes -0,23%, todas tasas negativas. Y, como puede observarse, son todas posiciones “no dólar” y “no yuan”, por lo que muchos inversores globales compran esos valores para escaparse de esas dos monedas, las de Estados Unidos y de China, que tienen chances de sufrir una devaluación en los meses que vienen.

Con ese contexto extraño por demás, el viernes hubo un llamativo movimiento en el mercado argentino, una alteración de valores que nadie esperaba. De manera desconcertante, hubo una gran entrada de órdenes de compra y, con eso, se duplicaron los volúmenes operados. La Bolsa de Buenos Aires venía negociando unos $ 600 millones por día y saltó a $ 2.000 millones. Y los bonos venían transando unos $ 1.300 millones por rueda, y esa cifra llegó a $ 2.100 millones.

Con semejante entrada de dinero, con órdenes que decían “comprá o comprá”, las acciones subieron 8% en un día, y el movimiento en el exterior fue incluso mayor, con los ADR trepando 10%. Y lo ocurrido con los bonos el viernes fue un movimiento similar, aunque atenuado respecto del resultado de los papeles privados. Los títulos públicos subieron en promedio 2,5%. Frente a semejante movimiento, todos los analistas se preguntaron qué pasó. Y la respuesta más sencilla, que sobresalió inmediatamente, tuvo que ver con rumores de que las firmas Isonomía y Elypsis entregaron encuestas de último momento. Por cuestiones de veda electoral no se difundieron esos resultados, pero se divulgó que el resultado de la PASO iba a ser favorables al Gobierno.

Pero además de la suba de las acciones y los bonos, el viernes incluso le fue bastante bien a Argentina en cuanto a valuación del tipo de cambio. En el exterior el dólar subió 0,9% contra la libra esterlina, 0,6% contra el real y 0,2% contra el mexicano, pero bajó 0,2% contra el euro y 0,4% contra el yen. Mientras que en Argentina el billete verde subió menos del 0,2%, avanzó 8 centavos en el dólar oficial, hasta $ 46,55, tuvo un alza de 18 centavos en el dólar blue, hasta $ 46,72. Y hubo una suba ínfima, de 3 centavos, para el dólar mayorista, hasta $ 45,25, con el Banco Central perdiendo apenas US$ 70 millones de las reservas y por lo tanto le quedan US$ 66.310 millones. Y, detrás de eso, medidas en pesos, otras monedas tuvieron suerte diversa: el euro subió 16 centavos hasta $ 50,68, el real bajó 6 centavos hasta $ 11,47 y la libra se desplomó 41 centavos hasta $ 54,42.

Eso sí, la parte mala de la película es que siguieron subiendo las tasas de interés de las Leliq, que siguen firmes a todo vapor: el Banco Central le pagó a los bancos 63,778% anual promedio, con máximo del 63,850%. Y, detrás de eso, hubo una mínima baja para las tasas de los plazos fijos: pagaron 50% anual por plata chica y 54% por plata grande. Bastante tranquilo para la previa de unas primarias tan decisivas.

¿Qué es lo que ocurrió a ciencia cierta? A decir verdad la moneda está en el aire. Hay gran incertidumbre, incluso ya conocido el resultado de la PASO. Porque ayer se conoció una foto, muy negativa para el Gobierno, pero que no tuvo impacto real en distribución de cargos.

La parálisis de la economía llegó a tal punto que los activos quedaron fijados en un punto, con precios depresivos, con valores que no salen de este nivel mediocre desde hace casi un año. Las acciones, medidas en dólares, llegaron a valer US$ 1.800 hace veinte meses y desde hace un año se mueven entre US$ 600 y US$ 1.000 dólares. Y los bonos, que cotizaron a 220 puntos, danzan entre 160 y 180 unidades desde agosto del año pasado.

Por eso, algunos analistas llegaron a decir que muchos de los que entraron el viernes pudieron haber creído en la aparición de dos encuestas que le dan bien a Macri, también pueden creer que no habrá default, ni con Macri ni con Alberto Fernández. Sí probablemente se planteará una renegociación ordenada, negociada, y que con eso los precios actuales ya tienen valor.

En la apertura, con los resultados de las PASO conocidos, quedarán 11 semanas, 77 días, hasta la elección del 27 de octubre. Serán 55 ruedas de negocios con mucha tensión, una etapa en la que la inflación probablemente se mantenga en la zona del 50% anual para atrás y 40% anual para adelante, con plazos fijos en el 50% y las Leliq en el 64% o más.

En definitiva, según como están planteadas las cosas, puede ser un período en el que los temerosos decidirán salir del peso y de los activos argentinos, y los arriesgados entrarán con los dientes apretados, creyendo que esta coyuntura de división e incertidumbre es zona de piso de cotizaciones, con inversores en una grieta, tirando de los extremos.

Y, como solución a este intríngulis, probablemente el camino adecuado no sea ni uno ni el otro, sino el camino del medio. Ni tanto ni tan poco. O sea, moverse con prudencia: se trata más de no perder, que de ganar. Ir al trote, no al galope, pero sin bajarse del todo del caballo. Aunque, en el fondo, todo será en realidad una apuesta, la taba estará en el aire. Y, como dato para el estribo, queda una propuesta que apareció sobre la hora. El miércoles el Gobierno emitirá nuevas Letras del Tesoro por unos $ 1.250 millones que serán suscriptas por el Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura del Transporte (FFSIT). Será la primera emisión que realizará la gestión de Mauricio Macri tras las PASO. Estas nuevas Letras tienen como fecha de emisión el 14 de agosto de 2019 con un plazo de 182 días, por lo que el vencimiento será el 12 de febrero de 2020. La amortización será íntegra al vencimiento y devengarán intereses trimestrales a la tasa Badlar (tasa especial para depósitos de más de un millón de pesos) para bancos públicos. El último valor fue levemente inferior al 53%. Y, de igual modo, el suscriptor podrá disponer la cancelación anticipada de las Letras del Tesoro en forma total o parcial a partir del 11 de octubre de 2019. Los intereses serán pagados los días 13 de noviembre de 2019 y 12 de febrero de 2020, y las Letras del Tesoro serán intransferibles y no tendrán cotización en los mercados de valores locales e internacionales.

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