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Argentina en las cadenas globales y la esperanza de los servicios

06 agosto de 2019

Por María Priscila Ramos y Pablo Mira Los autores son economistas e investigadores del IIEP-Baires

La semana pasada Luca Salvatici, profesor de tiempo completo de Política Económica de la Universidad de Roma 3 y experto en temas de comercio en general y del sector agrícola en particular, visitó Argentina. En una presentación realizada en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el profesor Salvatici explicó las implicancias de los desarrollos modernos relacionados con las cadenas globales de valor (CGV).

El comercio total de bienes y servicios creció un 380% entre 1994 y 2014, lo que significó que la proporción del comercio represente en la actualidad alrededor del 30% del PIB mundial. Pero la novedad más importante durante este período fue la caída en los costos de transporte, y con ellos el auge de las CGV. Esta revolución trajo consigo una desintegración del proceso de producción, y el consecuente aumento del 60% del comercio de los bienes intermedios que forman parte del proceso productivo. Hoy más del 50% del intercambio global corresponde a estos insumos.

Estos bienes intermedios se producen en muchos países diferentes, transformando la denominación de origen de los productos de “Hecho en el país X” a “Hecho en el mundo”. Cuando Italia exporta bicicletas completas a Europa, no lo hace en un solo paso. Antes seguramente le vende las ruedas a Alemania, que le adiciona las cadenas de transmisión y los frenos. A su vez este país exporta este bien intermedio a China, donde se le agrega el chasis y las vuelve a vender a Italia. Italia agrega el asiento y otros detalles, y ahora sí exporta la bicicleta completa. ¿Made in Italy?

Este ejemplo revela que el comercio calculado de manera directa contabiliza varias veces las mismas exportaciones. Una forma de evitar esta duplicidad es descomponiendo el comercio y estimando por separado el valor agregado de cada país en cada exportación. El valor agregado es el valor de producción menos los insumos, e iguala la incorporación de ingresos (salarios y beneficios) al producto final. La duplicación es mayor es el sector industrial, pues las manufacturas contienen muchas partes y procesos diferentes.

El profesor Salvatici mostró un gráfico de la OCDE que estima el valor agregado de los países en el valor de venta de sus exportaciones. Francia, Italia y Suecia están representados por el promedio general, que es de 30%. Los países que ofertan mayor valor agregado son Eslovaquia y Hungría, con alrededor del 50%. México, gracias a su acuerdo con el Nafta, exporta algo más del 45% de valor agregado en sus exportaciones. El líder mundial del comercio internacional, China, incorpora algo menos del 20% en sus manufacturas en términos de salarios y beneficios. Y nuestro socio Brasil exporta una proporción aún más baja, alrededor del 17%.

Argentina es el país de América Latina que, junto con Brasil y México, tiene una matriz productiva que le permite exportar bienes industriales. Medido de manera directa, Argentina muestra una participación de exportaciones industriales en el total nada despreciable: en los últimos diez años representan alrededor de un tercio de nuestras ventas externas. ¿Pero cuánto de este total es valor agregado? Lamentablemente, los datos muestran que Argentina es uno de los últimos de la lista. Sus exportaciones de manufacturas contienen una proporción de valor agregado inferior al 10%, lo que implica que esta actividad genera una cantidad de empleos, salarios y beneficios bastante menores a lo que las estadísticas de comercio usuales sugieren en términos brutos. Para peor, esta participación se redujo en los últimos 15 años en casi 5 puntos porcentuales.

Argentina es una pieza menor en la maquinaria de las CGV en el mundo, una limitación que deberíamos subsanar si la estrategia es crecer en base a la exportación de manufacturas a la región y al mundo. Más allá de este panorama relativo al comercio de bienes queda una esperanza en poder incrementar la participación de Argentina a través del comercio creciente en servicios, que es puro valor agregado.

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