Nouriel Roubini, el economista turco que predijo la crisis de 2008 y se ganó el apodo de Dr. Doom por sus proyecciones apocalípticas, está más tranquilo con la posibilidad de una nueva recesión global. En cambio, está furioso con las criptomonedas.
En Project Syndicate, escribió: “Ya es hora de que los organismos regulatorios de Estados Unidos y otros países intervengan. Hasta ahora, los reguladores estuvieron distraídos mientras el criptocáncer hacía metástasis. Según un estudio, el 80% de las 'ofertas iniciales de monedas' en 2017 fueron estafas. Como mínimo, hay que investigar a Hayes (Nota de Redactor: CEO de BitMEX, un mercado no regulado de criptoderivados, valorado en un billón de dólares, con domicilio en las Seychelles) y a todos los que manejan fraudes similares desde paraísos fiscales extranjeros, antes de que estafen y arruinen a varios millones más de inversores minoristas. Hasta Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de los Estados Unidos (y nada partidario de la regulación financiera),coincideen que no se puede dejar que las criptomonedas se conviertan en 'el equivalente de las cuentas secretas numeradas' que por mucho tiempo fueron la exclusividad de terroristas, mafiosos y otros delincuentes”, dijo Roubini, que tampoco tiene simpatía por la cripto más popular (el Bitcoin), que denomina “shitcoin”.
"Todos los días se lanzan y negocian criptomonedas fuera del ámbito de la supervisión financiera oficial y publicitando la ausencia de costos de cumplimiento normativo como un factor de eficiencia. Como resultado, el mundo de las criptomonedas se convirtió en un casino desregulado donde abundan prácticas delictivas sin ningún control", dijo, furioso, Roubini.
