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Por donde se fueron, pueden volver

15 julio de 2019

El dato más significativo de esta etapa de la campaña electoral es el crecimiento de la intención de voto a Mauricio Macri que, según varias encuestas, ahora está muy parejo con Alberto Fernández, que hasta hace poco le llevaba una ventaja considerable.

La única explicación para este cambio es que se frenó el deterioro de la economía que fue la principal causa de la caída de la imagen del Gobierno a partir de los primeros meses de 2018. De todas maneras, no tiene mucho para ofrecer más allá de la calma cambiaria que ayuda a un suave descenso de la tasa de inflación, que junto a algunas medidas de estímulo, mejoró la capacidad de consumo de algunos sectores de la población. Para una reactivación perceptible del nivel de actividad, el empleo y los ingresos, falta bastante.

Pero la lectura favorable para el oficialismo es que, con poco, cambió mucho su situación electoral y quienes ya no pensaban votarlo, están reconsiderando su postura. Eso también deja en claro que su base social, en líneas generales, cree que en otros aspectos de la gestión del Gobierno se cumplieron sus demandas. Se valoran la política de seguridad, la mayor transparencia, las relaciones internacionales, un estilo de comunicación más democrático y modos amigables. Pero nada alcanza, si los ingresos no alcanzan. Un segmento del electorado se desilusionó con Macri por la marcha de la economía y concluyó que con Cristina estaba mejor. Pero no hubo una fuga masiva de votos a los Fernández, los desencantados siguen estando ahí. Al oficialismo le queda poco tiempo para recuperarlos por completo y así lograr un resultado ajustado en las primarias, que es su peor instancia en el proceso electoral, que lo posicione para ganar en octubre.

Hoy la economía está en el centro de la campaña electoral porque es el tema que más les preocupa a los votantes. El Gobierno sabe que tiene que mejorar en ese frente, mínimamente hasta agosto y de manera más significativa para octubre, y mostrar, al menos, que la tendencia es favorable. Es la única manera de confrontar con el discurso de la oposición que tiene a la economía como tema excluyente en su discurso. Hay un fuerte componente identitario del voto que ambos sectores tienen asegurado, pero queda por definirse un sector del electorado que lo hará básicamente por la economía, que una vez más, sobre el cierre de la campaña, vuelve a definir casi todo.

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