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Cuidado con la calma

03 julio de 2019

Por Guido Lorenzo LCG

Es harto repetido que las chances del oficialismo de ser reelecto en las próximas elecciones están determinadas por la calma cambiaria. La estrategia de tasas aún elevadas (aunque a la baja) y la creencia de que el BCRA tendría la situación bajo controlada está dando sus frutos.

El riesgo principal de lograr un contexto de pax cambiaria y recuperación real del salario es que todo se sostiene gracias a la quietud del dólar. Situación que empieza a provocar preocupaciones por el atraso cambiario que genera. Si bien el sector privado tiene una cuenta corriente positiva, la economía terminará 2019 en torno a los 2 puntos del PIB de déficit de cuenta corriente. Por lo tanto, al tipo de cambio no le sobra margen.

Incluso cuando uno observa que las importaciones están asociadas a la baja actividad, y en parte a menores precios internacionales, una pregunta posible será si la economía podrá crecer sin que empeoren, nuevamente, las cuentas externas. El compromiso fiscal y la certeza de que el BCRA asegurará tener tasas reales positivas elevadas que permiten estimular el ahorro interno garantizan la sobriedad del frente externo. Pero, por otro lado, esto lleva a un escenario poco promisorio para tener una tasa de crecimiento vigorosa. Nuevamente, quedará condicionado a la capacidad de obtener divisas.

Si el oficialismo logra tener el dólar controlado hasta las PASO sus chances se verán incrementadas, pero existe la posibilidad de un episodio de turbulencia tras ese evento. Sucede que los analistas e inversores extranjeros dan casi por descontado que Mauricio Macri seguirá en el poder pero, en realidad, la moneda está en el aire.

Por eso, el BCRA no debería abusar de la apreciación, y hasta el momento se ha mostrado quizás más agresivo de lo deseado. Si el dólar se mueve 10% en forma ascendente se verá como una situación de descontrol, cuando el mercado ya vio el dólar en esos niveles e incluso sería sano que ocurra, dada la inflación acumulada en estos meses.

Si Juntos por el Cambio gana, seguramente será por etapas, como lo hizo Cambiemos en 2015, cuando terminó recortando 7 puntos entre las PASO y las generales para luego imponerse en el balotaje. Pero esta vez, con una tercera opción concreta y con otras fuerzas menores quitándole caudal, quizás las PASO sean desfavorables para el oficialismo y las expectativas de inversores extranjeros se vean frustradas.

Actualmente, la dolarización hasta mayo alcanzó los US$ 9.500 millones y proyectamos que rondará los US$ 22.000 millones en 2019. Si a esto se suma la reversión de flujo de capitales, podría haber inestabilidad. Es por eso que el plan de tener una inflación declinante y salario creciente podría no ser un proceso lineal.

Luego de las PASO, si el escenario es de ventaja de Frente con Todos e inestabilidad financiera, la respuesta política desde el oficialismo será que la segunda es consecuencia de la primera. Hay que ver si a Juntos por el Cambio le alcanza para convencer al público de que ese es el caso.

Cristina se anticipó en la Feria del Libro y dijo que Macri es “el caos”. Ahora le tocará al oficialismo contar que, en realidad, ese caos está en la vereda de enfrente.

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