Luego del cierre de listas, el precandidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, se calzó el traje de operador político y en el lapso de 48 horas hilvanó una serie de fotos con el variopinto universo peronista, en espejo con todas las vertientes justicialistas que lograron confluir en un mismo armado opositor, para enfrentar a Mauricio Macri.
Al exjefe de Gabinete, todavía no se lo ha visto en la modalidad típica de un candidato peronista, y por el momento multiplica reuniones en espacios cerrados, lejos de los grandes actos, con el objetivo de limar asperezas, cicatrizar viejas rencillas, y unificar criterios de campaña para las PASO.
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Anteayer al mediodía se reunió con Sergio Massa (quien ayer estuvo en La Plata junto a Axel Kicillof), en un hotel céntrico junto a varios referentes del Frente Renovador, para abordar aspectos de la campaña. Por la tarde, mantuvo un encuentro mano a mano con el candidato del espacio a la gobernación, para conversar sobre el conurbano. Por la noche, cenó en su casa con el gobernador electo de Santa Fe, Omar Perotti, quien le transmitió su preocupación y visión sobre las necesidades de la provincia.
Según pudo reconstruir este diario, los dirigentes del peronismo cenaron en la casa de Fernández, y Perotti le transmitió la necesidad de realizar obras hidráulicas y tener una mirada productiva en la provincia que fue recuperada por el peronismo tras doce años de gestión socialista.
Ayer al mediodía, a su vez, juntó a todos los gobernadores del peronismo (salvo Juan Schiaretti), en oficinas en San Telmo. La foto fue un dato político contundente.
Luego de la elección en 2015, cuando el peronismo se atomizó, prácticamente la totalidad de los mandatarios peronista se mostraron encolumnados detrás de un binomio presidencial. El dato coloca en un lugar incómodo a Schiaretti quien ensaya un equilibrio equidistante entre los dos polos de la grieta y anteayer insistió sobre los motivos por los que Hacemos por Córdoba, participará con boleta corta. Luego del encuentro, el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, sostuvo que “fue una muy buena reunión, en la que se habló del rumbo de la economía y el impacto que ésta tiene en la sociedad y en las provincias”.
Al mismo tiempo, el mandatario recientemente reelecto agregó que repasaron “los principales ejes de la plataforma electoral” y aclaró: “Alberto nos pidió que lo ayudemos en nuestras provincias”.
El gobernador electo por La Pampa, Sergio Ziliotto, calificó ante este diario el encuentro como “muy constructivo” y precisó que se avanzó en el diseño de la campaña electoral en relación a “la estrategia que vamos a implementar para llegar a la mayor cantidad de argentinos, no solo a los que ya tienen definido su voto, sino a quienes es necesario convencerlos para marcar tendencia en las PASO y definitivamente ganar en primera vuelta”.
“Fue una buena reunión, en la que se habló de la economía y el impacto que tiene en las provincias”, sostuvo Manzur.
Un dato insoslayable: también estuvieron presentes Domingo Peppo (Chaco), quien competirá en las PASO para senador con boleta corta por decisión de la propia Cristina Kirchner, y Mariano Arcioni (Chubut) quien armó un frente propio y su boleta prescindirá de candidatos presidenciales. El chubutense es el gobernador más cercano a Massa. También hubo representantes de Misiones, en donde el oficialismo provincial también competirá con boleta corta.
En muchos de los territorios que se vieron representados en la foto de ayer, Cristina hará campaña con una modalidad casi excluyente: la presentación del libro “Sinceramente”. De ese modo lo informaron desde el Instituto Patria ante este diario. La expresidenta estuvo en Santiago del Estero, Santa Fe y Chaco y se espera que continúe sus presentaciones a su regreso de Cuba.
Lejos de concluir con su agenda de reuniones, por la tarde de ayer Fernández fue recibido por el flamante titular del bloque del PJ en el Senado, Carlos Caserio, junto a otros 14 senadores. Si bien no estuvo presente el bloque kirchnerista, los legisladores cercanos a los a gobernadores dieron una señal de alineamiento.
En el Frente de Todos machacan sobre la necesidad de generar consensos para después del 10 de diciembre, y ponen el acento en el diálogo con todos los actores para poder revertir la difícil situación económica.
