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Una nueva formación, pero el mismo sabor a poco

20 junio de 2019

Por Nicolás Piñón

Un nuevo partido, un nuevo rival, una nueva formación y el mismo sabor final a poco y nada. Lionel Scaloni no parece encontrar el equipo que pretende, los jugadores tampoco hacen demasiado para ayudarlo y, así, las posibilidades argentinas se debatirán el domingo en Porto Alegre en un duelo a todo o nada contra Qatar. Entonces, ¿sirve preguntarse porqué no pasamos del empate ante Paraguay? ¿Por qué debemos hablar de la heroica actuación de Franco Armani? ¿Sirve?

Concretamente, lo cierto es que la Selección varió su disposición táctica respecto a su primer presentación. Es decir, afuera Renzo Saravia, Guido Rodríguez, Angel Di María y Sergio Aguero y adentro Milton Casco, Rodrigo De Paul, Roberto Pereyra y Lautaro Martínez. Y la cosa, así, pareció encarrilarse en el Mineirao. Pareció, sí, porque como un maquillaje de baja calidad, todo desapareció a la primera de cambio. Si bien hay que decir que en el primer tiempo, por momentos, Argentina tuvo buena circulación de pelota y que Casco tuvo alguna que otra llegada al fondo con centro incluído, la parte defensiva del equipo volvió a sufrir con muy poco peligro guaraní enfrente. A lo sumo, algún arrebato personal los dirigidos por el "Toto" Berizzo o alguna patriada heroica encabezada por Miguel Almirón.

Y de la nada, en esos momentos reaparecían los fantasmas que se volvieron una constante en la era Scaloni y las serias dudas defensivas de un equipo sin un volante de marca natural. Porque Leandro Paredes y Giovanni Lo Celso, dos jugadores de excelsa técnica, hicieron tan poco defensivamente que volver a pensar en Guido Rodríguez para enfrentar a Qatar no suena descabellado por más que ante Colombia el calvo poco hizo.

En el aspecto ofensivo tampoco sumaron, y Paredes estuvo más lejos que nunca de hacer lo que su apellido futbolero representa. Aún así, se deben juzgar los cambios pre-partido de Scaloni como buenos y malos. Porque tras sus flojos partidos iniciales contra Colombia, que el DT vuelva a apostar por un doble 5 sin marca y que los mismos vuelvan a decepcionar en lo defensivo asoma preocupante. Pero teniendo en cuenta que Paraguay atacó poco y más por algún descuido argentino que por iniciativa propia, se puede decir que la sacó barata Scaloni en esa apuesta.  Para incluir en la cuestión, Pereyra, el otro volantazo de Scaloni para este partido, que en la parte defensiva quedó claramente expuesto en el gol guaraní (corrió de atrás a Almirón 40 metros y lo dejó tirar el centro a la carrera, una evidente falta de oficio del hombre del Watford) estuvo participativo, aunque algo falto de audacia. Por último, De Paul, el otro que debutó de titular en la Copa, fue de lo más rescatable del mediocampo sin hacer nada brillante, claro, pero sin perder la marca generando descompensaciones, tampoco. El ex Racing no tuvo la desfachatez para atacar como contra Colombia pero sí la claridad para cambiar el rumbo de la jugada cuando necesario y la volatilidad para jugar por ambas bandas.

Pero volviendo al gran déficit defensivo del equipo, llamó la atención que Nicolás Otamendi fallara de manera tan alevosa. El central, jugador del Manchester City, derribó sin un gramo de oficio a su marcador en el área y terminó al borde de la roja. Es decir, la columna defensiva hizo agua por todos lados y el más experimentado de los tres fue el peorcito. En el fondo, Otamendi refleja la confusión de un equipo en formación, sin una identidad definida. Mal que nos pese.

Para esperanzarse, vale decir que el pieza por pieza que implicó el ingreso de Lautaro por Aguero fue positivo: el ex Racing fue de menos a más y lo más interesante fue que corrió siempre y contagió positivamente al equipo. Y una mención obligada para Armani, que se vistió de héroe atajando un penal y manteniendo a flote un barco que podría estar hundido. De lo poco saludable dentro de la pobreza general, sí.

A favor de Scaloni de cara al futuro, vale decir que el que se viene no es el Brasil de los '70, sino la humilde Qatar, que casi le arranca un empate a Colombia y podría escribir una página oscura en la historia del fútbol argentino. Nadie quisiera. ¿Scaloni disipó algunas dudas? ¿Agudizó otras? El domingo será el día D.

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