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La última bala

20 junio de 2019

Por Eliel Cohen Sabban

El domingo, la Selección Argentina se juega la última chance para acceder a los cuartos de final de la Copa América. Tras dos partidos decepcionantes y más dudas que certezas, el equipo comandado por Lionel Scaloni deberá vencer a Qatar para sellar su pase a los cuartos de final. El partido comenzará a las 16 y se jugará en el mítico Arena do Grêmio.

Cabe aclarar que los dirigidos por el surgido en Newell´s, aún ganando, tienen posibilidades de quedar afuera de la Copa, pero sinceramente sería algo muy complejo ya que deberían darse varios resultados para que esto suceda.

Luego del fracaso en Rusia, la incertidumbre sobre qué iba a hacer Lionel Messi, la partida de Jorge Sampaoli, y muchos problemas más que tuvo la AFA a nivel institucional, los directivos, con “Chiqui” Tapia a la cabeza, decidieron dejar a Scaloni, entonces ayudante de Sampaoli, como director técnico de la Selección mayor.

Sí, aunque parezca mentira, los directivos decidieron otorgarle el cargo al que cualquier entrenador aspira y sueña, a un ayudante de campo que nunca había ejercido como DT. Se hablaba de Gerardo Martino, Marcelo Gallardo, Diego Simeone e incluso se llegó a nombrar a Mauricio Pochettino, actual entrenador del Tottenham, finalista de la última edición de la Champions League?pero fueron solo eso, rumores.

Con un par de amistosos frente a seleccionados inferiores, un recambio notorio y necesario y su sencillez, tranquilidad y ganas, comenzaba la era Scaloni al mando de la Selección.

No arrancó nada mal debido a que obtuvo buenos resultados (goleó a Guatemala e Irak, cayó ante Brasil por la mínima e igualó con Colombia en cero) e hizo el recambio que la gente exigía a gritos: convocó a un grupo de grandes jugadores que no eran tenidos en cuenta, entre ellos Mauro Icardi, y dejaba afuera a históricos como Gonzalo Higuaín, Sergio Romero y Marcos Rojo.

Un año después, el mismo entrenador que la AFA puso como dejándolo hacer una pasantía es criticado por todos los medios deportivos y toda persona que sabe al menos un poco de fútbol, y tiene la máxima responsabilidad de que hoy Argentina no haya clasificado a los cuartos de final en un torneo donde clasifican 8 equipos de?12 en total.

No es posible, razonable y no entra en ninguna cabeza la posibilidad de que un entrenador que nunca haya dirigido pegue el salto a liderar lo que más anhela una persona cuando termina su curso de DT. Como si un jugador de Real Pilar, equipo que milita en la C de Argentina, mañana pase a jugar en el F.C Barcelona tirando paredes con Iván Rakitic, Sergio Busquets y Luis Suárez. Ilógico.

Sobre el partido con Colombia, el cambio de Matías Suárez por “Kun” Agüero y la no autocrítica de Scaloni en la conferencia posderrota, hay por para decir. Para enfrentar a Paraguay hizo cinco cambios, hubo charla entre cuerpo técnico y jugadores a la vista de la prensa y malestar en el plantel por enterarse los cambios por televisión.

Pero lo visto el pasado miércoles con Paraguay, dejó al acecho un equipo sin alma, sin juego, sin fútbol, y por más Lio Messi que tengas, no es suficiente. Pero el problema no es solo ese. En el mejor momento de Argentina (si se puede llegar a decir que tuvo un buen momento) y cuando se podía pensar que los comandados por el 10 del Barca podían dar vuelta la historia, Scaloni decide sacar a Lautaro Martínez y poner a Angel Di María en su lugar, volviendo a jugar con un solo nueve, y dando a entender el miedo que tenía de perder ante un equipo que jugó los últimos 20 minutos sin delanteros.

El cambio los mató y Argentina estuvo más cerca de perderlo que de ganarlo, si no fuese por Franco Armani que detuvo el penal de Derlis González. Ni hablar de la calentura de Lautaro y la contradicción que tuvo con Scaloni pospartido. Que lo sacó por un fuerte golpe, que salió por decisión del entrenador y tantas hipótesis más que se pueden adjudicar a un entrenador que no tiene rumbo y está perdido. Un novato.

Lo único para rescatar son las ganas de Messi, su autocrítica y su buen trato con la prensa pospartido. El 10, como todo el plantel, no viene haciendo una buena Copa, pero recaerle a él es totalmente injusto.

No hay equipo, juego ni corazón. No hay rebeldía. No hay técnico ni comisión directiva. No hay un plan, no hay una táctica y menos, fútbol. Argentina va a ser reconocida mundialmente a través de los años por no haber sabido rodear al mejor jugador de todos los tiempos. Hace diez años que el único plan que tiene es dársela a Messi y que se las arregle. Que pase a cinco y haga el gol. Así, imposible.

En concreto, se sigue desperdiciando la chance de ganar algo con el mejor jugador del mundo, se sigue perdiendo el prestigio que alguna vez se logró, se sigue subestimando al rival, y así nos va. Total, la culpa es de Messi que no puede pasar a cinco eludiendo al arquero y convertir.

Lo cierto es que, con todos los problemas y papelones que se vienen haciendo en los últimos años, Argentina se juega la última bala, pero luego Copa América, pasarán cosas. Muchas cosas.

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