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El 40% de los fraudes se detectan gracias a las líneas de denuncias

25 junio de 2019

Por Martín Ghirardotti CEO de Resguarda

La efectividad de las líneas de denuncias es tal que más del 40% de los fraudes se han detectado gracias a llamados recibidas en éstas. Por eso, son consideradas el mejor método para ponerle freno a este mal que genera pérdidas, incluso pueden ser muy grandes, en firmas de todos los tamaños.

Este dato no es menor, pues se estima que el costo de los fraudes puede alcanzar hasta el 5% de las ventas de las compañías. Pero aquellas organizaciones que han implementado las líneas de denuncias llegan a reducir este costo hasta en 50%. Esto se debe a que las maniobras delictivas se detectan mucho antes del promedio: se calcula que sin barreras de control se tarda más de un año y medio antes de que alguien se dé cuenta de la estafa, pero cuando este canal de llamados está abierto el tiempo puede bajar a los 9 meses o menos.

Para que una línea de denuncia funcione, la cascada de valores debe provenir de los altos cargos, pues así se contagia a toda la organización una cultura ética que lleva al autocontrol y a que los empleados honestos superen a aquellos que quieran tomar ventajas materiales. Además, aumenta la confianza desde los talentos hacia la compañía y viceversa.

Uno de los problemas de los fraudes es que cuesta detectarlos y, además, una vez que se lo hace se recupera muy poco de lo desviado. Se estima que alrededor del 60% de las compañías que fueron víctimas no pudieron recobrar de lo perdido. Este número alarmante marca la importancia de llegar lo antes posible a conocer el delito.

El tema de económico no es menor, pues existen dos variables: lo robado y aquellos que se puede perder si la empresa debe enfrentar un juicio. Por eso, siempre es mejor conocer cuanto antes la existencia del delito, para poder accionar con soluciones y herramientas internas, pues de salir de la estructura, el problema adquiere matices más complejos y costosos, tanto en lo material como en la imagen.

A esto es bueno agregar que al posibilitar las denuncias anónimas, las líneas no obligan a los empleados a exponerse, siendo un beneficio para ambas partes, pues la organización gana al enterarse de primera mano lo que está sucediendo, y los empleados llegan, incluso, a cuidar su fuente de trabajo, pues en empresas pequeñas un fraude puede hacer sucumbir la estructura. Además, es bueno resaltar que muchas veces sería imposible detectar el ilícito si no ocurriera el llamado que alerta sobre su existencia.

Por todo esto, contar con una línea de denuncia es una herramienta de bajo costo con un alto valor agregado.

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