En Brasil, el Indice de Precios al Consumidor Amplio -15 mostró una variación en junio de 0,06% con lo cual acumuló en los últimos doces meses una suba de 3,84% mientras que en mayo había alcanzado a 4,93%. De esta manera, la inflación se ubica claramente por debajo de la tasa central de la meta de inflación del Banco Central que es de 4,25%.
El IPCA-15 mide la variación de los precios en los principales aglomerados urbanos del país desde el comienzo de la segunda quincena de un mes hasta la finalización de la primera del siguiente y da una pauta sobre la inflación mensual. Pero las preocupaciones sobre la economía brasileña no pasan por la inflación, que según los analistas del mercado, subiría sólo 3,8% en 2019. El principal desafío que tiene es volver a crecer.
Hoy también se difundieron las actas de la última reunión del Comité de Política Monetaria del Banco Central en las que se señala que los indicadores económicos muestran que se interrumpió el proceso de recuperación de la economía brasileña y que se irá retomando de manera gradual.
De todas maneras, se advierten riesgos para el crecimiento originados en la falta de reformas que ponen en duda la sustentabilidad fiscal y en la poca flexibilidad y productividad de la economía. También genera interrogantes el contexto global porque se asiste a un proceso de desaceleración del ritmo de actividad en las economías más grandes que obligará a los bancos centrales a poner en marcha políticas monetarias más expansivas.
