“Cambiemos solo no puede. Necesita un poder político mayor al que armó Mauricio Macri y requiere incluir a otras figuras como (Juan Manuel) Urtubey, (Sergio) Massa, (Juan) Schiaretti, (Roberto) Lavagna, que podrían contribuir a esa ampliación”, sostuvo Alfredo Cornejo, presidente de la UCR, partido cofundante de Cambiemos y gobernador de la provincia de Mendoza. Y agregó: “No hay que descartar que el candidato no sea Macri. Tenemos que estar abiertos a todas las posibilidades”. No fue en cualquier lugar, sino en la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina, entre empresarios e inversores, que sondeaban ayer la coyuntura crítica del país y analizaba el mapa político rumbo a las elecciones.
Los ánimos están caldeados al interior de Cambiemos, con dudas y tensiones entre aliados, que se no parecen tener fin. El saldo negativo de la elección en Córdoba dejó su marca, con pases de facturas y acusaciones cruzadas. Además de la inquina entre los candidatos Mario Negri y Ramón Mestre, ampliamente derrotados, se sumó tempranamente Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica para echarle más leña al fuego. Apuntó contra la estrategia de la Casa Rosada, cuestionó al ministro Rogelio Frigerio por la supuesta falta de respaldo a los candidatos (aunque sin mencionarlo) y agregó tensiones al interior del Gobierno. Algo que repitió ayer, para marcar las diferencias entre el sector más abierto al diálogo con otros espacios y el que expresa Marcos Peña al que reivindicó. “Con todos sus defectos es la persona de mayor confianza del Presidente”, dijo. Frigerio, en Entre Ríos, con actividades de gestión y de apoyo al candidato a gobernador Atilio Benedetti, prefirió no contestar.
Las heridas siguen abiertas y parecen no encontrar sutura. El lunes 27 de este mes se reunirá la Convención Nacional de la UCR. Allí se debatirá la política electoral del partido en el camino hacia las presidenciales. Y se espera que los sectores hoy mayoritarios, que pretenden conservar su lugar en Cambiemos, se impongan a aquellos que plantean posiciones más confrontativas e, incluso, rupturistas. Por eso las declaraciones de Cornejo trajeron más revuelo y se prestaron a varias lecturas posibles. “No nos vamos de Cambiemos pero sí creemos que requiere una reformulación. Quedó chico y hay que reformularlo hacia una coalición más amplia”, sostuvo. Por un lado, se leyeron como muestra de ese estado de disconformidad interna con la marcha del frente electoral, pero también del país. Por el otro, como crítica al “ala dura” de la Casa Rosada y menos abierta a incluir nuevas miradas.
Por caso, Peña fue el apuntado por Cornejo y Frigerio el dirigente reivindicado, casi de manera inversa al juego dialéctico de Carrió. “Hay que buscar un jefe de Gabinete que tenga el poder suficiente” para encarar las reformas necesarias, sostuvo en un pasaje de su intervención en el Hotel Alvear. “Necesitamos más Frigerio y menos (Jaime) Durán Barba”, dijo en otro tramo de su discurso. Se sabe: el consultor ecuatoriano es una de las personas más cercanas tanto al presidente Macri como al jefe de Gabinete.
