Lo que iba a ser la presentación de propuestas económicas alternativas devino señal política hacia la líder de Unidad Ciudadana. Aunque el destinatario del mensaje fue el Presidente. “Hay que tomar medidas excepcionales. Mauricio Macri debe convocar a Cristina Kirchner, como líder de la oposición con mayor representación parlamentaria, y pactar como terminar este mandato sin más daños para la Argentina”, dijo el lunes pasado Sergio Massa, en la conferencia de prensa que convocó bajo el lema “Defender a la gente”.
Luego de casi ocho años de rivalidades y enconos cruzados, la relación entre el referente del Frente Renovador y la expresidenta parece atravesar un momento de acercamiento, sin que esto concluya necesariamente en un acuerdo electoral. Algunos guiños, algunas señales, ciertas reuniones informales entre allegados a ambos dirigentes, sin embargo, son indicadores de esta etapa, menos ríspida. La necesidad del kirchnerismo de ampliar su base de apoyos (o su nivel de rechazos) para construir una nueva mayoría y la búsqueda del dirigente del Frente Renovador por resposicionarse ante la irrupción del economista Roberto Lavagna (y su eventual) candidatura marcan los contornos de esos movimientos.
En cuanto a la expresidenta, el trato que le otorgó a Massa en su libro “Sinceramente” no es especialmente crítica. En especial, si se lo compara con otros compañeros de ruta de la senadora nacional. Roberto Lavagna, incluido. Mientras que desde el kirchnerismo ya no vean al tigrense como un rival o un “traidor”. Los contactos con el diputado nacional Máximo Kirchner tienen sus antecedentes, que se reactivaron en estas últimas semanas. “Todo se está charlando. La alquimia electoral tiene sus complejidades pero todos los sectores son conscientes de que tienen que hacer un esfuerzo”, admitió Andrés Larroque, en una entrevista con El Destape.
En el Congreso Nacional del PJ, en marzo pasado, Eduardo “Wado” De Pedro, también integrante de La Cámpora, había lanzado una invitación para Massa, que entonces no se había sentido aludido. “Reafirmamos el camino de la unidad, llamamos a conformar un gran frente opositor sin exclusiones, e invitamos a Sergio Massa y a los gobernadores peronistas a dirimir roles y candidaturas en las PASO que fija la ley”, había dicho entonces el diputado nacional.
Por el lado de Massa, la preocupación es la crisis que atraviesa el país y también la aparición de Lavagna, que le disputa al renovador dirigentes, bases electorales y discurso. Las encuestas no marcan hasta aquí mayor ventaja entre ambos dirigentes, pero cerca del exintendente de Tigre advierten que el economista tendría más potencialidad para trazar acuerdos al interior de Alternativa Federal y con espacios de centroizquierda. Mientras que Massa perdió anclaje territorial y se quedó sin una parte de su bloque en la Cámara de Diputados.
El vínculo entre ambos dirigentes es Marco Lavagna, hijo del economista y diputado nacional por el Frente Renovador. “No veo un espacio de trabajo de mi padre sin Sergio Massa”, dijo hace poco el dirigente, que aspira a ser candidato a jefe de Gobierno por un espacio opositor amplio.
