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La inflación está bajando, pero lentamente y desde un nivel muy alto

06 mayo de 2019

Los precios arrancaron el 2019 con alzas que pocos preveían: según el Indec, subieron 2,9% en enero, 3,8% en febrero y 4,7% en marzo. A la vez, los privados la estimaron cerca de 4% para abril. No es casual, por ende, que el REM publicado el viernes pasado ya ubique la suba de 2019 en la zona de 40%, cuatro puntos más que en la medición anterior y más de 10 puntos arriba que lo pensado a comienzos del año, que arrancó en la zona de 28-29%.

El dato alentador es que el ajuste, a priori, parece tener más que ver con el primer cuatrimestre que con los próximos meses. Aunque los datos mensuales hacia adelante también se corrigieron levemente al alza y se espera otro registro alto en mayo (3,2%, según el REM), la situación tendería a converger hacia los (elevados) niveles tendenciales desde junio, cuando bajaría hasta 2,7% y, más claramente, desde julio y agosto, cuando bajaría a 2,4% y 2,2%, respectivamente.

Más allá de que la inflación interanual seguirá arriba de 50% y no haya desinflación alguna contra los números recibidos allá por 2015 (todo lo contrario, por cierto), el Gobierno podría llegar a las elecciones, si el REM está en lo cierto, con inflaciones más tolerables y en niveles más cercanos a la tendencia de la última larga década.

La proyección del REM se construye sobre un dólar más o menos estable (el informe lo avizora subiendo cerca de $1 por mes y llegando a $51,2 recién en diciembre) que no alimente aún más la nominalidad. La última semana invita a pensar en un nuevo periodo de pax cambiaria, pero nadie asegura que esa será la película a medida que se acerquen las elecciones y menos si no hay cambios fuertes en las preferencias electorales.

El dato  Como consecuencia de la sorpresa negativa de marzo y datos de alta frecuencia que apuntaron a una inflación cercana al 4% en abril, desde SBS dijeron: “Esperamos que la inflación termine el año en 42%”.

Sin embargo, no todos coinciden con que un dólar manso bastará. “Incluso en el escenario en el que las presiones cambiarias logren ser superadas por el BCRA, no esperamos que se observe durante los próximos meses una significativa desaceleración de la inflación. Si bien controlar el mercado cambiario reduce la probabilidad de una nueva aceleración en el avance de los precios, no es condición suficiente para que la inflación se encuentre en un nivel significativamente más bajo”, advirtió Ecolatina ayer en un informe. “Esto se debe a que por el momento no se percibe la existencia de un plan integral que logre coordinar expectativas. Por caso, en las últimas semanas comenzó a tomar fuerza el visto bueno del Gobierno en relación al ajuste trimestral de las paritarias, siendo incluso el costo laboral un driver más importante que el dólar a la hora de analizar el proceso inflacionario y al que no se le suele dar tanta importancia”, agregaron y advierten sobre una espiral precios-salarios.

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