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Con Kane recuperado, Pochettino va por la gloria

30 mayo de 2019

Por Nicolás Piñón 

Las invasiones inglesas del Siglo XXI han llegado a Madrid. Centenares de hinchas londinenses y liverpulianos circulan por la Gran Vía y Plaza Mayor de la capital española a la espera de una final histórica de Champions League. Así es: el sábado, desde las 16 de nuestro país, el Tottenham chocará con el Liverpool en el Wanda Metropolitano, hogar del Atlético Madrid, y habrá nuevo rey en el fútbol europeo.

La cerveza que se vende a lo grande para contrarrestar el sofocante verano madrileño es una costumbre anglosajona, pero también tiene asidero en el heroico camino que ambos conjuntos trazaron para llegar a la final. Porque el Tottenham de Mauricio Pochettino venció al Ajax cuando se quedaba sin vida, mientras que el Liverpool logró lo propio ante el Barcelona de Lionel Messi, también heroicamente. Así las cosas, será una final made in la Premier League.

Las 34.000 localidades que la UEFA dispuso a la venta de ambas parcialidades, la mitad del total de un estadio inaugurado en 2017, se agotaron en un santiamén. Y sus elevados precios, claro, podrían indicar el nivel del partido que se avecina en la actual casa del “Cholo” Simeone. Más, si se tiene en cuenta que en semifinales el conjunto de “Poche” metió tres goles sin su máxima figura y goleador, Harry Kane, mientras que el Liverpool despachó al Barcelona sin Mohamed Salah ni Roberto Firmino, sus cracks, metiéndole cuatro. Impresionante y prometedor, sí.

¿Será por eso que Jürgen Klopp derrocha optimismo y vuelve a preparar la final en el mismo lugar donde lo hizo el año pasado previo a perder frente al Real Madrid? Lo cierto es que en Marbella, la Costa del Sol española, los Reds ajustan detalles con todos los soldados disponibles para la felicidad de su DT. Recuperado hace algunas semanas el “Faraón” Salah, el brasileño Firmino mejoró sensiblemente de una dolencia y es casi un hecho que será de la partida el sábado. Y Klopp, claro, es optimismo puro, al punto de declarar que “nunca tuve tan buen equipo para una final”. Un detalle: el alemán lleva dos finales de Champions perdidas.

Pochettino y su Tottenham, arribados anoche a la capital española, también tienen motivos para sonreír ya que Harry Kane parecería haber superado la lesión en su tobillo y podría estar en lugar del héroe Spur en semis, el brasileño Lucas Moura. Sin embargo, un dato no menor podría alterar los movimientos de Poche: en la final de 2014 entre Atlético y Real Madrid, el brasileño Diego Costa, 9 del Colchonero, se recuperó de una lesión en tiempo récord para la final y a los diez minutos del partido debió pedir el cambio. Deberá decidir entonces Poche si sacrifica al heroico Moura o si arriesga a Kane, su as de espadas. Por el lado de Eric Lamela, Juan Foyth y Paulo Gazzaniga, los otros argentinos del Tottenham, todo parecería indicar que se sentarán al lado del santafecino en el banco de suplentes. Un guiño para Lamela: presente en la hazaña holandesa en semifinales, el ex River ya amargó a los Reds con un gol en septiembre pasado ingresando desde el banco de suplentes mientras que Foyth, por su lado, podría jugar su tercer partido en la competición si llegaran a involucrarlo. Lo cierto es que de lograr la proeza ante Salah y compañía, los tres se sumarían al podio de ídolos que Osvaldo Ardiles y Julio Ricardo Villa formaron en los '80 en el conjunto de Londres. Gloria total.

Pero no será fácil la tarea, porque más allá del sonriente presente que hilvanó en las últimas semanas el Tottenham, vale recordar que en la reciente Premier sólo pudo sacarle un punto al Liverpool, perdiendo y empatando en los enfrentamientos cabeza a cabeza. ¿La tercera, será la vencida?

Otra pregunta que circula alrededor del campus del Tottenham es si “Poche” estará centrado únicamente en lo suyo o si habrá mirado de reojo la otra final inglesa del año. Porque así como los Spurs y el Liverpool dirimirán el sábado quién levanta la Orejona, ayer el Chelsea (con “Pipa” Higuaín y “Willy” Caballero en el banco) vapuleó al Arsenal 4-1 en la final de la Europa League en la remota Baku, capital de Azerbaiyán.

Los goles y la acción constante que la Premier League suele regalar cada fin de semana siguieron dando sus dividendos ayer. Ahora resta esperar el plato principal, la frutilla del postre que Tottenham y Liverpool se disputarán el sábado en Madrid. La cerveza, tras la gran cita, abundará para todos en Inglaterra, pero la gloria será para uno solo.

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