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¿Se puede ver otra perspectiva de la realidad?

22 abril de 2019

Por Ruth Remesnitzky Consultora Lazos Comerciales

La columna es un compendio de experiencias con clientes de diversas escalas y rubros, e invita a la reflexión individual y como empresa.

Primero para ir calentando los motores, algunas preguntas.

1. ¿Qué lo hace feliz?

2. ¿En qué actividades usted siente que el tiempo vuela y lo hace con tanta naturalidad que pasa inadvertido?

3. ¿Cuál es la emoción en la que permanece la mayor parte del tiempo?

4. ¿Es consciente de su estado de ánimo, o se vive preso de un mar de olas emocionales lo llevan de aquí para allá?

¿Y esto a qué va? ¿Para qué me hace estas preguntas? Si en el actual contexto (dólar, inflación, tasas, baja actividad) no tiene tiempo, continuemos. Todos somos seres humanos que a diario interactuamos, más allá del contexto político, económico y financiero y, si al menos nos dedicamos unos minutos para contestar estas preguntas, seremos protagonistas de nuestra propia película, y no sentiremos que la vida nos lleva como víctimas en un papel secundario o en la película de otro.

Habitualmente en las empresas los mayores problemas surgen dentro y entre las personas, que en tiempos de tensión económica y financiera se incrementan y agravan notoriamente ese malestar interpersonal. En la medida que vayamos comprendiendo que las personas actuamos como podemos, que nada de lo que hacemos es personal contra otro, y que todo forma parte de nuestro aprendizaje, pasaremos a otro tipo de experiencias ya sea como individuos y como empresas.

Un emprendedor difícilmente llegue a tener éxito y convertirse en una gran empresa si previamente no aprendió a gestionar como tal sus recursos (humanos y materiales), aunque el proceso puede ser más rápido o lento dependiendo del nivel de evolución consciente e inconsciente de quienes la lideran e integran.

Ante problemas financieros y/o comerciales en pymes, cuando atrás hay un equipo sólido y motivado para hacerse cargo, rápidamente aparecen las soluciones.

En cambio, cuando sus integrantes solo buscan destacarse individualmente, luchando y mostrando quien tiene más cargo y aprovechándose de quien está aprendiendo, todo se convierte en una batalla donde el foco es la puja de egos en vez de una búsqueda de soluciones. Y acá pierden todos.

Las empresas que evolucionan exitosamente tienen empleados profesionales, capacitados y con comportamiento adulto, tanto formal como emocionalmente, que trabajan con lógica y sentido común.

Promueven a que las personas que las integran puedan opinar y asuman riesgos medidos, lo que les permite estimular a los emprendedores internos.

Miden la performance de los empleados, siempre basados en los valores de la empresa y alineados con el propósito de la organización.

Cuando hay honestidad y transparencia en la comunicación en todos los niveles, no hay temas que no se resuelvan. Resultando fundamental no personalizar los conflictos ni los cambios, si todos saben que se privilegia a la empresa y al equipo, todas las decisiones serán las mejores para ambos teniendo en cuenta la performance.

En estas compañías el principal beneficio es pertenecer, trabajar y aprender de una comunidad adulta de primer nivel. Esto les permite lograr equipos productivos, competitivos e innovadores, y con alta performance. Allí, la cultura se enraíza desde la confianza, y quienes no están cómodos, el mismo sistema los expulsa.

Entonces es cuando aparecen otras preguntas:

¿Sus empleados elijen trabajar en su empresa todos los días?

¿Lo admiran como líder y lo toman como ejemplo?

¿El clima que se respira en su empresa es fresco o denso?

¿Sienten que crecen individual y profesionalmente?

Trabajé veinte años en empresas, nacionales, multinacionales y pymes y, por más que cambien las caras, los roles se repiten. Siempre admire lo que llamo “la humildad de los grandes”, que son quienes tienen sabiduría interna para liderar motivando, don de gente, empatía humana, escucha activa, la grandeza de apoyar y dejar volar a quien desea transitar nuevos caminos, y que poseen el empuje y coraje de llevar adelante una empresa más allá de los traspiés climáticos, económicos, financieros y políticos del país. Y por sobre todas las cosas lideraban con coherencia: pensar?sentir? hacer en una misma dirección.

¿Qué características reconoce en un líder? Es una de las preguntas que realizó habitualmente a los empleados y éstas son las respuestas.

Empatía, carisma, humildad, respeto por el otro, visión antropológica del equipo, búsqueda constante de conocimiento, proactivo, excelentes relaciones interpersonales, inspira a otros a desafiar sus propios límites, acepta diferentes puntos de vista, pide autoalimentación de manera conjunta, celebra los logros del equipo, reflexiona sobre situaciones complejas, trata de capitalizar el aprendizaje como enseñanza colectiva.

¿Que hace que un empleado quiera pertenecer en una compañía?

Los valores de la empresa, el desafío profesional, el equipo, la remuneración, el status o prestigio, el sentimiento de pertenencia, la exposición, la posibilidad de crecimiento, desarrollo y capacitación, la potencialidad de hacer múltiples tareas y de coordinar un equipo, la apertura con el exterior, la multiculturalidad.

Las empresas las formamos personas que tenemos sueños, anhelos, virtudes, defectos, con días buenos y malos, compañeros que nos gustan y otros no tanto?pero por sobre todas las cosas, formamos un equipo con el cual pasamos muchas horas y que siempre tenemos cosas para aprender. Entonces, hay dos opciones: resistir o aprender. Hay un dicho que dice: “Lo que resistes, persiste”. Y a la distancia uno puede constatar que quienes más nos irritaban, resultaron ser nuestros maestros de vida.

Como empleado es necesario cambiar la estrategia y enfoque hacia qué puedes aportarle a una empresa que te diferencie. Las pymes buscan personas que resuelvan problemas, que agreguen valor, que busquen y traigan soluciones. Cuando uno cambia y se pone al servicio, aparecen las oportunidades. Pero para ello hay que mirar hacia adentro.

Como empresa es importante identificar el nivel emocional de sus integrantes, además de su formación académica y experiencia en determinada área. Esto le permitirá como líder saber en quienes puede apoyarse y rápidamente entenderán lo que pasa y que es necesario arremangarse para trabajar juntos, y esos aliados lo ayudarán a convencer al resto de los integrantes a tomar una actitud proactiva frente a cualquier circunstancia.

Empleados motivados, que sienten que crecen, que les gusta el ambiente de su trabajo y que tienen compañeros que son amigos son personas leales que se convierten emprendedores dentro de la misma empresa, emprendiendo la tarea de que su empresa mejore día tras día, y esto es la práctica diaria que escucho de ambos lados (empleador-empleado). Las soluciones comienzan de adentro hacia afuera, y que mejor publicidad de que sus empleados trabajen felices y arranquen y terminen el día con una sonrisa.

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