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Economistas piden “caja chica” para cortar círculo vicioso

16 abril de 2019

Días atrás, Eduardo Levy Yeyati, Miguel Kiguel y Marcos Buscaglia escribieron un paper reservado, al que accedió El Economista, para defender la necesidad de acotar la volatilidad cambiaria y, lógicamente, dotar a la autoridad monetaria con instrumentos para eso. Hoy, dicen, “Argentina está en un círculo vicioso”: por la volatilidad cambiaria suben las tasas, eso aleja la recuperación, eleva las chances de “un regreso populista” y eso, a la vez, alimenta las tensiones cambiarias. Según los autores, todo eso puede evitarse.

Según reportó Clarín, el trabajo llegó el fin de semana al despacho del economista del Tesoro de EE.UU. que sigue el caso argentino, Michael Kaplan y, en las últimas horas, también al FMI.

El dato. El dólar mayorista cerró ayer a $41,62 y bajó 56 centavos contra el cierre del viernes.

En el trabajo, los renombrados economistas plantean la necesidad de equipar al BCRA con herramientas, es decir, poder vender reservas si el tipo de cambio tiene movimientos “anormales” dentro de la Zona de No Intervención (ZNI) y citan el caso del 7 de marzo cuando “bids” por U$S 7 millones hicieron que el peso caiga 2% en cuestión minutos.

Para eso, proponen una “caja chica” de US$ 10.000 millones, o 14% de las reservas brutas del BCRA, que podría usarse a razón de US$ 100 millones diarios si el peso cae más de 1,5%.

Un economista con diálogo con el Gobierno cree que el FMI apoyaría esa decisión, aunque los montos y las modalidades podrían ser distintos. Los economistas del trabajo sostienen que acotar la volatilidad es clave para abortar círculos viciosos, que terminen alimentado aún más la volatilidad de la paridad. Incluso hacen un análisis de cómo los movimientos impactan en los titulares de los medios para demostrar la incidencia de la cotización en la mente de los argentinos. Es algo que también plantearon otros economistas de renombre, como Ricardo Arriazu, que dijo que los técnicos del staff del FMI, a los que apodó “talibanes de la flotación”, no entienden la mentalidad verde del país.

Ayer, Kiguel retomó algunas de estas ideas en su informe semanal.  “Nuestra previsión es que el dólar revisitará el nivel de $41 y probablemente haga piso cerca de ese valor. No vemos probable una salida de la zona de no intervención. En las próximas semanas, y a pesar del aumento de oferta del sector público y del sector exportador, la persistencia de la inflación en valores mensuales elevados, el calendario electoral y la cercanía al piso de la ZNI le marcarán un piso al apetito dolarizador. Hacia el mes de junio la oferta de dólares agrícolas será menor, y con una mayor incertidumbre política podríamos enfrentar un aumento en la dolarización de carteras. El monto diario de licitaciones de licitaciones del Tesoro pautadas 'como si fuéramos Suiza' podría ser insuficiente en ese contexto. El factor sorpresa es clave para dominar situaciones donde los inversores testean al BCRA. No es lo mismo controlar un incendio cuando el foco de fuego todavía es pequeño y se cuentan con 9,600 litros para usar con un camión cisterna, que baldear agua de a 60 litros y apostar a que sea suficiente para ahogar la llama y cortar su avance. Si fuera necesario, esperemos que el FMI se calce el traje de bombero y nos sorprenda con una flexibilización del esquema de licitaciones”, dijo Kiguel.

David Lipton, teléfono. ¿Tajaí?

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