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El peso volvió a derrapar y el dólar tocó nuevo récord nominal

Ayer, el dólar mayorista subió nada menos que $1,75 para cerrar en $42,50, máximo del día (y récord en términos nominales) mientras que el minorista cerró, según el relevamiento del BCRA, en $43,412. Además, los bonos siguieron bajo castigo y cayeron US$ 2.

Alejandro Radonjic 08 marzo de 2019

Por Alejandro Radonjic

La suerte electoral del oficialismo está inversamente relacionada con el dólar. Si sube el “billete”, sus probabilidades de reelegir disminuyen y viceversa. Por eso, el subidón que se anotó ayer el dólar preocupó en la Casa Rosada y adyacencias. Ni hablar de los humores sobre la calle Reconquista. No es para menos: los números electorales están muy finitos y a Cambiemos no le sobra nada. Ellos mismos reconocen que una corrida cambiaria a la 2018 sería fatal para las aspiraciones de sobrevida del proyecto político que lidera Mauricio Macri.

Los motivos son tan obvios como variados. Si sube el dólar, crece el malhumor social porque cae el salario en dólares y, además, porque se acelera la inflación que, por cierto, viene navegando a una tasa muy alta de 3,5-4% mensual desde comienzos de febrero. Asimismo, como una parte de las tarifas de los servicios públicos están dolarizadas y el Gobierno debe recortar los subsidios económicos, se abre la puerta a eventuales subas ulteriores de tarifas.

Ayer, el dólar mayorista subió nada menos que $1,75 para cerrar en $42,50, máximo del día (y récord en términos nominales) mientras que el minorista cerró, según el relevamiento del BCRA, en $43,412.

Los expertos

“El discurso de Macri del 1° de marzo, y el clima River-Boca que se vivía en el recinto, fue un despertar para muchos que asignaban una probabilidad muy alta a la reelección de Macri cuando, en rigor, no son tan elevadas”, dice Leonardo Chialva desde Delphos Investment. Según él, 80% de la volatilidad cambiaria se explica por motivos políticos internos que forzaron a ajustar las valuaciones hacia abajo.

Este jueves los bonos en dólares siguieron claramente vendedores y cayeron US$ 2 en el tramo medio y largo de la curva. “No es casual que el CDS a 5 años ya opere en 770 puntos básicos, lejos de los 588 puntos vistos sólo un mes atrás”, dijeron desde SBS.

Si bien hay un risk-off global, según Chialva, es incipiente y explica apenas el 20% del corcoveo cambiario. Consultado por El Economista sobre la posibilidad de que el Tesoro, como anunciara Santiago Bausili, salga a vender dólares directamente en el MULC, dijo: “No sé si el FMI quiere vender los dólares hasta que no haya necesidades financieras en pesos que lo justifiquen. Ese es el temor que hay hoy en la city”.

Chialva agrega que la suba de tasas fue algo tímida y eso explica porque el peso, aun con muy bajo volumen operado, siguió cayendo luego de la licitación de Leliq, con una contracción de más de $60.000 millones. “Hace acordar a la época de (Federico) Sturzenegger”, dice Chialva. Ahora, Stand-By Agreement con el FMI mediante, hay menos márgenes de maniobra. “¿El FMI entiende que somos una economía bimonetaria? Falta un poco más de pragamtismo. ¿Por qué no se pueden vender los US$ 1.000 millones que compró el BCRA debajo de la banda”, cuestiona Chialva y advierte que empieza una dinámica de crisis y pánico innecesaria que puede retroalimentarse. “En la city vuelven a preguntarse dónde está el piloto”, agrega. La rueda de hoy será clave para ver qué pasa.

Miguel Zielonka (EconViews) dice que, además del contexto global (“el mundo está mal”, señala), “los inversores dolarizan y testean para ver lo que hace el BCRA, que sube la tasa e interviene con futuros, pero eso no alcanza para llevar tranquilidad”.  A nivel estratégico, agrega: “Es importante que gane la pulseada rápido por el traslado a inflación y por la importancia que tiene el dólar como barómetro del estado de ánimo”. En momentos como estos, expresa Zielonka, “el BCRA debería ser muy agresivo y el Tesoro tiene que apurarse a vender sus dólares”.  Así concluye: “Sin pánico sobran dólares, pero con pánico no alcanzan”.

En línea con sus colegas, Guido Lorenzo (LCG) opina que operaron tanto motivos locales como externos: 60% y 40%, respectivamente. “No hay que perder de vista que el Banco Central Europeo (BCE) anunció que postergará el aumento de tasas hasta entrado el 2020 y al mismo tiempo que inyectará liquidez. Esto hizo fortalecer al dólar frente al euro y nuestra moneda se vio arrastrada con este último mostrando debilidad dados los fundamentals deteriorados de la economía, que amplifica el efecto”, dice ante El Economista. “Así, ante la incertidumbre reinante, la oferta se corrió y el mercado operó poco volumen y se hicieron transacciones a precios altos”, señaló y agregó que “el BCRA tiene herramientas limitadas y eso el mercado lo sabe y exacerba el escenario de incertidumbre”.

Desde Management & Fit, Matías Carugati opinó: “Las economías emergentes sufrieron un poco el temor al riesgo de los inversores y Argentina sigue siendo más sensible a shocks, es decir, lo que se dice un 'high beta'. Sobrereacciona a las sorpresas. Eso, más las malas noticias internas políticas y económicas, agregan más volatilidad. El impacto es negativo, claramente. Hay que ver si tiene algún impacto sobre la inflación y eso dependerá de cuánto suba finalmente, pero no son buenas noticias, ya que generan más desconfianza en el rumbo económico”. ¿Puede dispararse?  “No, entre la suba de tasa, que es automática en el régimen actual y los agrodólares debería mantenerse acotada la volatilidad del tipo de cambio. Si además se agregan ventas del Tesoro, más aún. Hay que acostumbrarse a la volatilidad, pero hace falta más que esto para pensar que la situación se va a descarrilar”, concluye.

Por último, según Gabriel Caamaño Gómez (Consultora Ledesma), “faltan datos para saber si el BCRA hizo todo lo que pudo”. Por ejemplo, dice, no se sabe cuánto fue el monto ofrecido de la licitación de Leliq y cuál la tasa máxima ofrecida. “Sabemos que adjudicó bastante más que el monto indicativo y cuál fue la máxima tomada, pero no sabemos si pudo haber hecho más”, dice. “Sería bueno que el BCRA diera esos datos porque ayudaría a tener una mejor comprensión de la política monetaria”, argumenta y agrega que operó en futuros y mencionó que “lo del Tesoro está previsto en el acuerdo con el FMI, pero con un mecanismo de subasta que aún no se definió”.

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