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El dólar juega su partido aparte y subió 10 centavos

Tras la elección “market friendly” de Neuquén, el dólar arrancó a la baja, pero fue tomando temperatura con el correr de las horas y terminó, en el segmento mayorista, en $ 41,30, 10 centavos arriba del viernes. También subieron las Leliq. Bonos y acciones, algo mejor.

Alejandro Radonjic 12 marzo de 2019

Por Alejandro Radonjic

Los comicios en Neuquén, celebrados el domingo pasado, auguraban una jornada positiva para los activos de Argentina. Básicamente, porque el delfín de Cristina Kirchner quedó segundo cómodo y estuvo muy lejos de dar el batacazo. Sin embargo, ayer, el dólar operó volátil y parece estar jugando un partido aparte. A sabiendas, quizás, de que la carrera es larga y que el candidato oficial de Cambiemos en Neuquén (Héctor “Pechi” Quiroga) tampoco hizo una gran elección. En rigor, fue muy mala.

Así, el “billete” arrancó muy ofrecido y bajó hasta cerca de $40 en el mercado spot, pero con el correr de las horas empezó a calentarse y terminó en $41,30, 10 centavos arriba del cierre del viernes.

Ayer, la tasa máxima adjudicada en la licitación de Leliq fue de 60,73%. La tasa promedio se ubicó en 59,863% y la tasa mínima adjudicada de 57,00%. De esta forma, el BCRA contrajo $32.383 millones o, como se dice en las redes, “lucapalos”.

Más allá de ese precio testigo, los bonos recuperaron demanda (subieron entre US$ 1 y US$ 1,5 en los tramos medio y largo de la curva, aunque sigue en cotizaciones bajas) y el S&P Merval se anotó una suba de 2,33%, a tono con mercados globales que arrancaron la semana en verde gracias al gradualismo de Jay Powell en la Fed.

El Economista dialogó con varios analistas para conocer su visión sobre cómo sigue el “billete” en el corto plazo.

Matías Rajnerman Ecolatina

Luego de haber comenzado un marzo agitado por un contexto externo negativo (principalmente por el menor crecimiento que el esperado en China), el dólar se tranquilizó en las últimas jornadas, dice Matías Rajnerman desde Ecolatina. Por un lado, fue clave que el primer test electoral del 2019 no exhibiera un mal resultado para Cambiemos y, sobre todo, que el BCRA haya subido agresivamente sus tasas: más de 600 puntos el viernes. “El BCRA mostró una vez que hará todo lo necesario en pos de acercar a la divisa al límite inferior de la Zona de No Intervención, aún al costo de profundizar la recesión vía mayores costos de financiamiento”, agrega Rajnerman. En el corto plazo, “algunos datos negativos sobre el pasado se mezclarán con otros más calmos”. En ese sentido, tanto el IPC de febrero (Ecolatina la estimó en 3,7%) como el cierre del PIB de 2018 arrojarán malas noticias, dice Rajnerman, “lo que podría agudizar las presiones, aunque ambos indicadores traerán datos 'viejos' y ya descontados por el mercado”. A contramano, agrega, “la falta de elecciones subnacionales permitirá aquietar las aguas y, en igual dirección, las menores perspectivas de crecimiento para la economía estadounidense, así como un Powell mostrándose laxo respecto al sendero de la tasa de interés, relajarían el aumento del costo de financiamiento a nivel internacional”. Más allá de eso, el gran enigma, dice Rajnerman, es saber qué acuerdan el FMI y el Gobierno respecto a los grados de libertad de los que dispondrá éste último para gastar sus divisas en el mercado ante las presiones generadas por la típica dolarización preelectoral. “El solo anuncio de discrecionalidad ya tendría un importante efecto disuasorio, desdibujando algunas presiones dado que 'la pared' que enfrentará la demanda de divisas será mayor”, grafica y augura, como escenario base, “una segunda mitad de marzo más calma en el frente cambiario”.

En lo que va de 2019, el tipo cambio real multilateral ya se debilitó 2,8%, según informó ayer Econviews. “La mayor depreciación relativa fue contra China, que representa alrededor de 16% del índice, por 8%; contra Brasil, que representa cerca del 30% y tiene el mayor peso en el índice, se depreció 2,7% mientras que, contra el dólar estadounidense (14% del índice), lo hizo 2%”.

Adrián Yarde Buller Grupo SBS

“A mitad de febrero advertimos que el BCRA estaba incrementando excesivamente la liquidez al no esterilizar las compras de dólares. De forma probablemente involuntaria, esto llevó a una fuerte caída de las tasas de interés reales que se combinó con cierto deterioro del escenario global y sentó las bases para una depreciación del peso”, dice, como introducción, Adrián Yarde Buller (Research del Grupo SBS). “Al mismo tiempo, cuestiones de implementación de la política monetaria evitaron que las tasas de interés reaccionaran más rápidamente, lo que pareció exacerbar la volatilidad cambiaria”, amplía. Tras el baldazo de agua fría, dice Yarde Buller, “el viernes pasado, el BCRA introdujo algunos cambios operativos para acortar los tiempos de reacción de la política y estabilizar la situación”. ¿Cómo sigue? “A nuestro entender, ahora sí están dadas las condiciones para que el tipo de cambio converja gradualmente al piso de la Zona de No Intervención del BCRA y la volatilidad vaya cediendo. Por un lado, las últimas medidas adoptadas aceleraron la reacción de las tasas de interés y devolvieron el atractivo a las posiciones en pesos. Por otra parte, los altos números de inflación que siguen saliendo hacen que la política monetaria se vuelva cada vez más dura ya que van licuando el valor real de la base monetaria, factor que también debiera contribuir a que aumenten las tasas de interés reales y se calme la volatilidad”, concluye.

Martín Vauthier Eco Go y UTDT

“La demanda de activos en pesos sigue muy vinculada a la incertidumbre electoral y su impacto sobre la dinámica del riesgo país. El calendario electoral es largo y el gran partido se va a definir con la elección nacional, más allá de los comicios municipales y provinciales que sin dudas van a influir en función de su tamaño y peso electoral. Por ahora, con el riesgo país en estos niveles, la estabilización de la demanda de activos en pesos depende fundamentalmente de la tasa de interés, y de ahí la suba que venimos viendo desde mediados de febrero”, dice Martín Vauthier, Director de Eco Go y profesor de la UTDT. “En las próximas semanas vamos a seguir viendo este juego entre el dólar y la tasa, para una economía que estando afuera de los mercados no puede aumentar su desequilibrio externo y, sin disponibilidad de divisas por la cuenta capital con estos niveles de riesgo país, el ajuste necesariamente lo hacen la tasa o el tipo de cambio nominal”, concluye.

Según el relevamiento del BCRA, el dólar terminó a $42,292 para la venta en el circuito minorista.

Guido Lorenzo LCG

“En una jornada mejor para todas las monedas emergentes, el dólar arrancó ofrecido por ventas de residentes pero, desde niveles de $40,40 (2% de apreciación) comenzó a aparecer demanda local que, frente a escasas liquidaciones de exportaciones en torno al promedio de los últimos días (US$ 60-70 millones) impulsaron de a poco la divisa hasta quedar prácticamente sin oferta 10 centavos o 0,25% por encima de la previa del viernes”, dice Guido Lorenzo desde LCG. “El BCRA volvió al esquema de una sola subasta de Leliq y convalidó una tasa alta que quizás le imprima una presión bajista durante la semana”, concluyó Lorenzo.

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