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¿Cuánta inflación aguanta la grieta?

El Gobierno necesita que la inflación quiebre la tendencia alcista y debe ser creativo.

15 marzo de 2019

Por Juan Radonjic

La marcha de la economía es clave para determinar el comportamiento de los votantes en todos los países. No hay sociedades más materialistas que otras, pero también pesan otros factores. Más en esta etapa en la que Argentina está en una fase alta de la polarización política. Las identidades políticas pesan, y mucho.

El Gobierno tiene un núcleo duro de votantes que cosecha básicamente en el mundo no peronista y que lo va a acompañar más allá de los problemas económicos, pero eso también tiene un límite que no se puede traspasar y es el que marcan las elevadas tasas de inflación y desempleo. La oposición tampoco puede aspirar a ganar sólo mostrando un Excel en el que se compare los indicadores económicos de diciembre de 2015 con los actuales. En tiempos de alta polarización, necesitará más.

A esta altura del calendario electoral, el Gobierno ya no tiene tiempo para que una eventual mejora del nivel de actividad sea percibida por los votantes. La situación del empleo no va a mejorar en los 150 días que faltan para las primarias que, como siempre ocurrió, crearán un clima que las elecciones generales terminarán amplificando.

Por lo tanto, sólo queda la moderación de la tasa de inflación para mostrar un indicador que mejore en los próximos meses. El dato de febrero conocido ayer no fue bueno y, según Ecolatina, seguirá en niveles altos en los próximos meses. Pero el Gobierno debe intentar que el 3,8% de febrero haya sido el valor más alto del año y, cuanto menos, cambiar la tendencia. La apuesta más fuerte en ese sentido es controlar al dólar (siempre lo es), aunque para lograrlo deba recurrir a una tasa de interés absurda que castiga el nivel de actividad. ¿Pero con eso alcanza? No parece suficiente en este contexto. ¿No se piensa hacer nada para enfrentar la inercia inflacionaria?

La respuesta oficial parece demasiado acotada para lo que está en juego, porque una inflación que se mantenga en un nivel elevado es la mayor amenaza para su destino electoral. En su reciente mensaje ante la Asamblea Legislativa, Mauricio Macri dejó en claro que la confrontación electoral girará en torno a dos modelos de país, más allá de lo que diga el último indicador que difunda el Indec. Pero aun siendo así, esa estrategia tiene sus límites.

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