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Cambiemos sin una estrategia electoral única

26 febrero de 2019

En Entre Ríos, Cambiemos logró un acuerdo de la mano del ministro del Interior, Rogelio Frigerio y habrá una única fórmula integrada por el diputado radical Atilio Benedetti como candidato a gobernador y por el intendente de Basavilbaso y presidente del PRO en el distrito, Gustavo Heinn, como candidato a vice. Las primarias serán el 14 de abril y el 9 de junio se elegirán a las autoridades provinciales. De esta manera, los radicales siguen sumando candidatos para disputar las gobernaciones.

Las fórmulas compartidas entre los principales socios de Cambiemos se da también en otros distritos como Santa Fe y Buenos Aires y eventualmente en Córdoba si se imponen Mario Negri y Héctor Baldassi en la interna. Pero también habrá distritos con fórmulas puras como en la CABA y otros en los que habrá competencia entre la UCR y el PRO como en Mendoza.

Los formatos son variados atendiendo a la realidad de cada uno de los distritos y respetar las especificidades fue el camino elegido por el Ministerio del Interior.

La mayoría de los candidatos a las gobernaciones son radicales pero la tensión dentro de Cambiemos se mantiene.

La otra alternativa que era diseñar una estrategia común para todo el país hubiese requerido una institucionalización de Cambiemos que hoy no existe. Una instancia para la discusión orgánica en la cual los partidos de la coalición podrían haber realizado una negociación integral en la cual los partidos podían recuperar posiciones en un distrito lo que cedían en otros.

El PRO es una estructura vertical ordenada desde la Casa Rosada y por lo tanto podría haber aplicado un esquema más acotado de estrategias locales mientras que la UCR está más fragmentada y consecuentemente tendría dificultades para que todas las provincias acepten lo que se decida a nivel nacional. Una prueba de las dificultades del radicalismo para coordinar una estrategia es que mientras en muchas provincias busca un acuerdo con el PRO para compartir la fórmula y requiere el compromiso del Gobierno Nacional con la campaña local, hay sectores radicales que plantean competir en una primaria contra Mauricio Macri por la candidatura presidencial. Si bien esta segunda alternativa es inviable por múltiples motivos, su sola mención refleja que en Cambiemos hay tensión entre los socios. Los argumentos son conocidos: la UCR cree que no es tenida en cuenta la hora de tomar decisiones y que debería tener un mayor protagonismo mientras que en el PRO critican a sus socios porque en lugar de defender al Gobierno en un momento en el que atraviesa dificultades, aprovechan esa circunstancia para hacer reclamos y conseguir mejores posiciones.

Competir con posibilidades en las provincias y al mismo tiempo impulsar una primaria contra Macri es una contradicción.

Está claro que existe un tema de correlación de fuerzas que está asociado a la caída de la imagen del Gobierno Nacional y que por lo tanto las posibilidades que tiene ahora el PRO de imponer sus condiciones en la interna de Cambiemos no son distintas a las de 2017.

En la mayoría de los 22 distritos que eligen a sus gobernadores este año, los candidatos serán radicales. Tiene allí el centenario partido una oportunidad de consolidar su presencia contra la cual conspiraría una primaria contra Macri porque debilitaría la imagen del Presidente y del Gobierno en un momento en el cual todos los candidatos de Cambiemos, sean del PRO o de la UCR, necesitan que se fortalezca.

Algunos radicales que hoy tienen responsabilidades de gobierno o aspiran a tenerlas a partir de diciembre defienden, como es lógico, al Gobierno y los acuerdos con el PRO de los cuales en buena medida dependen sus posibilidades, mientras que los que tienen menos presencia institucional priorizan la necesidad de marcar diferencias para afirmar la identidad partidaria.

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