Si no hay contratiempos (aclaración que siempre vale la pena por estos pagos), el segundo semestre de 2019 será mejor que el primero y, sin dudas, que todo el 2018 (año olvidable). Así lo aseguró ayer el REM del BCRA. No será nada espectacular, pero marcará una tendencia hacia la mejoría en la zona de influencia electoral. Los votantes indecisos decidirán su voto con ese contexto. Sobre todo, en las variables clave: inflación y actividad.
Sobre los precios, el REM cree que la desinflación se consolidará en el transcurso de 2019. Los precios arrancarán el año con la misma tónica que en diciembre pasado, es decir, subiendo a razón de 2,5% por mes en el primer cuatrimestre. En febrero será apenas más alta: 2,6%. En mayo, el IPC bajaría a 2,2% y en junio y julio iría a 2%. Una inflación alta internacionalmente, pero tolerable por estas pampas. Si la tendencia sigue (el REM corta en julio), en agosto (el mes de las PASO) la suba de precios podría ser menor a 2%. Esa es la expectativa oficial, cuanto menos. Con todo, el 2019 cerrará en 29%. Lejísimos del dígito imaginado allí por 2015-2016.
La actividad, a la vez, irá tomando calor con el correr del calendario. Más allá de que el PIB caerá 1,2% en 2019 (más que nada, por el arrastre negativo que dejó 2018), la economía ya dejaría de caer en el trimestre en curso (daría 0% contra el cuarto de 2018) y marcaría una suba de 1,5% en el segundo trimestre versus el primero.
El escenario se completa con un dólar planchado y tasas en baja. Para el “precio madre” de Argentina, el REM espera que avance lentamente. En febrero, cerraría en $38,3; marzo, en $39,3; abril en $40,1; mayo en $41; junio en $42 y julio en $43. A fin de año estará en $48.
Por el lado de la Leliq, la situación se ha descomprimido. Un poco. En rigor, en diciembre se esperaba que termine 2019 en 38% y la expectativa, ahora, es de 37%.
