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Pronóstico extendido favorable

17 enero de 2019

Por Guido Lorenzo LCG

El veranito financiero podría durar más de lo esperado. La pausa en el “tightening” de la Fed y el retorno de los mercados emergentes para obtener ganancias traen optimismo a la región. Ese optimismo esperamos que se prolongue al menos durante el primer semestre de 2019. Al mismo tiempo, las reformas en Brasil traen particular atención, más aún con Mauricio Macri formando un binomio con Jair Bolsonaro en América del Sur que empieza a atraer la atención internacional. No obstante, vale la pena recordar que estamos en la misma Argentina que rondó los 850 puntos básicos de riesgo país hace apenas tres semanas. Esto demuestra que Argentina sigue siendo dependiente del humor de los mercados financieros internacionales.

En este sentido, el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, hizo explícito el programa financiero 2019 y 2020, a fin de mostrar la relativa autarquía en términos de financiamiento que tendrá el país por los próximos dos años. Adicionalmente, se destaca el cambio de composición de la deuda. La de largo plazo, con más participación organismos internacionales y la de corto con mayor deuda en pesos (Lecap) y menos en dólares (Letes). Dentro de estas últimas, también con escasa participación de inversores extranjeros, apenas US$ 1.600 millones.

Sin embargo, aproximadamente 40% del creciente stock de Lecap es mantenido por inversores no residentes. Estos son alrededor de US$ 4.000 millones que aún pueden desestabilizar el mercado cambiario en el caso que se den vuelta los buenos pronósticos para la región.

Excelente gestión, a menos que revisemos y veamos que todo esto se sostiene en parte gracias a la ayuda del contexto y a las muy elevadas tasas de interés. El BCRA se sigue mostrando cauteloso y tímido a la hora de comprar dólares. La lógica que parece haber en Reconquista 266 es mantener la tasa alta para no correr riesgos de una salida de capitales.

Como en cualquier ámbito, correr riesgos forma parte de una apuesta para ganar algo si no se está resignando algún otro objetivo. En este caso, las altas tasas de interés le ponen presión a la política monetaria. Persiste la duda si en febrero seguirá con el límite autoimpuesto de menor capacidad de intervención para comprar divisas. Recordemos que lo recortó de US$ 150 millones por día a solo US$ 50 millones.

Hay algunos que abogan por una política monetaria con este sesgo contractivo para contener la inflación. No creo que ese sea el objetivo del BCRA y, de hecho, Hacienda necesitará mayor inflación de la esperada en el Presupuesto para compensar la desaceleración en la recaudación. El BCRA no tiene mucho espacio para actuar en ese frente. Todos los instrumentos están dirigidos a mantener la calma cambiaria.

Sin embargo, la inflación interanual seguirá al alza, y es bastante probable que veamos una inflación interanual por encima del 50% en el segundo trimestre del 2019. Esto podría complicar la competitividad en determinados sectores, principalmente cuando se impusieron nuevos Derechos de Exportación y quita de reintegros de exportaciones. Por eso, la ecuación de rentabilidad para algunas industrias se ha visto deteriorada.

En este sentido será clave que el BCRA siga actualizando las zonas de intervención en línea con la inflación esperada para no caer en la tentación de la apreciación en un año electoral.

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