El conjunto de mandatarios provinciales peronistas parece dividido en tres. Por lo menos, así se lo ve desde la óptica kirchnerista. Por un lado, los aliados, entre los que se encuentra a la santacruceña Alicia Kirchner y al formoseño Gildo Insfrán. Por el otro, los más decididamente antikirchneristas, encabezados por el salteño Juan Manuel Urtubey y que también incluye al cordobés Juan Schiaretti. En el medio, un número variable de gobernadores distantes, con más o menos diferencias durante estos años, con los que Cristina Kirchner pretende no sólo reestablecer el diálogo, sino también establecer un acuerdo de mutua conveniencia.
El caso paradigmático es Tucumán. El gobernador Juan Manzur, ministro de Salud de Cristina en su última gestión, se mantuvo reacio a aceptar cualquier vínculo político con su antigua líder durante buena parte de la gestión de Cambiemos. Y promovió algunos intentos del peronismo federal junto a Urtubey y Sergio Massa, por caso. Pero la disputa al interior del peronismo tucumano le hizo rever la cuestión. Sobre todo, ante la posibilidad de que su antecesor, José Alperovich, presentase lista en competencia con el respaldo de Cristina y quedase en entredicho su reelección.
“Lo dije públicamente y lo vuelve a decir: tiene que ser con Cristina Kirchner adentro del peronismo. Voy a trabajar y estoy convencido de esto”, señaló Manzur en las últimas horas en un video que se distribuyó entre la militancia, pero que tuvo a la dirigencia como destinataria. “El peronismo no excluye, el peronismo no es sectario. Al contrario, el peronismo siempre fue frentista y buscó la apertura y miró hacia delante. Tenemos que salir de la tragedia que está viviendo Argentina con el gobierno de Macri”, agregó el gobernador.
La actitud más amigable hacia Cristina tiene una serie de contactos informales previos con el círculo cercano de la expresidenta. Pero se explica también por la buena performance que la senadora nacional tiene en la provincia, dato que reconoció el propio diputado nacional de la UCR en Cambiemos, José Cano, en una entrevista radial que concedió ayer. “En Tucumán, en las últimas encuestas hubo un crecimiento en diciembre de Mauricio (Macri) de 6 o 7 puntos. Estaba en 31-32% y Cristina superando los 40”, señaló el dirigente en El Destape Radio. Y agregó: “Entre los candidatos presidenciales del peronismo hay una diferencia sustantiva entre la ex presidenta y el resto de Alternativa Federal”.
Otra provincia donde avanzó el acuerdo con ese peronismo “no alineado” es Catamarca. Allí Unidad Ciudadana tiene pensado hacer un acto de lanzamiento nacional, pero no para diferenciarse del peronismo gobernante, sino para acompañarlo. Algo parecido sucede en La Pampa, donde pudo saldarse la vieja rencilla entre Carlos Verna y el kirchnerismo, con una lista de unidad que respaldará la candidatura a gobernador de Sergio Ziliotto. Y, con variantes, en San Luis, donde el kirchnerismo local acompañará (aun a regañadientes) la nueva postulación de Alberto Rodríguez Saá.
En San Juan, por caso, también hubo acuerdo. El gobernador Sergio Uñac y el presidente del PJ nacional, José Luis Gioja, saldaron diferencias para ofrecer una propuesta electoral conjunta, que también tendrá al kirchnerismo en sus filas. Y algo similar se está negociando en estos días en Entre Ríos, donde el gobernador Gustavo Bordet pone en riesgo su reelección, si ese acuerdo con el Frente para la Victoria, representado en la provincia por Sergio Urribarri y Julio Solanas, no llega a buen puerto. Los nuevos casos testigos son el chubutense y el fueguino. En Chubut, el gobernador Mariano Arcioni la tiene difícil para evitar que el intendente de Comodoro Rivadavia Carlos Linares y el exintendente de Trelew, Gustavo Mac Karthy, jueguen sus propias fichas en un frente que tendrá al kirchnerismo como uno de sus apoyos. Mientras que Rosana Bertone, más crítica de la gestión nacional de Cambiemos, intenta contener al sector del intendente de Ushuaia, Walter Vuotto.
