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Oferta y demanda en la interna de Cambiemos

El escenario base del oficialismo para 2019 empieza a mostrar fisuras

20 noviembre de 2018

En Cambiemos comienzan a haber visiones divergentes sobre la estrategia electoral para 2019. La reconciliación de algunas figuras del peronismo con Cristina Kirchner, las dificultades económicas, las restricciones del llamado peronismo federal para armar una oferta electoral competitiva y los riesgos de una polarización extrema encendieron las luces de alarma en el oficialismo. Y el acuerdo alcanzado por distintas facciones del peronismo en el caso del Consejo de la Magistratura confirmó las peores sospechas.

Hasta ahora, la estrategia electoral de Cambiemos partía de la base de que con su núcleo de apoyo duro, la oposición fragmentada, la polarización con Cristina, el temor a la vuelta al pasado y una leve mejora de la economía alcanzaban para ganar. Es decir que no hacía falta pensar en nuevos caminos para mejorar las perspectivas electorales. Así lo entendieron todos los que hablaron con Marcos Peña en las últimas semanas.

Pero en Cambiemos son cada vez más los que piensan que hay que comenzar a analizar algunas variantes. Peña insiste en que la demanda ordena la oferta, pero hay quienes consideran que también hay que construir desde el lado de la oferta. En esa línea, algunos intendentes del GBA muestran entusiasmo con la idea de separar las elecciones municipales de las provinciales y nacionales. Algunos tiran globos de ensayo como el desdoblamiento de las elecciones de autoridades de la provincia de Buenos Aires de las presidenciales, pero aunque tienen poco andamiaje real demuestran que se están analizando variantes y que hay un debate interno para ver de qué manera se pueden potenciar las chances de Cambiemos.

También está la fecha de los comicios porteños. Recientemente se modificó la legislación electoral y ahora pueden unificarse con los nacionales y, de esa manera, Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta podrían potenciarse mutuamente. Sin embargo, hay quienes sostienen que conviene mantenerlas separadas porque Cambiemos podría necesitar un triunfo importante antes de las PASO de agosto porque en la mayoría de las elecciones locales previas ganarían candidatos del arco opositor al Gobierno.

El mayor cambio del escenario político es que ya no puede descartarse un acuerdo en el peronismo que abarque a sectores que estuvieron enfrentados entre sí hasta hace poco. Siempre se repite que al Gobierno le conviene la confrontación con Cristina porque genera resistencia en muchos sectores, divide al peronismo y porque la mayoría de la sociedad no quiere volver al pasado. La vigencia electoral de la expresidenta no es una construcción de Jaime Durán Barba sino del apoyo que conserva en varios sectores de la sociedad y del deterioro de los indicadores económicos.

Pero un escenario de excesiva polarización también borra a otras alternativas opositoras y entonces la fragmentación entre todos los que cuestionan a Cambiemos puede reducirse. Es difícil imaginar un peronismo unido, pero es posible que su división sea menor a la esperada y consecuentemente constituya un desafío electoral mayor para el oficialismo. Por eso, muchos consideran que hay que prepararse con nuevas iniciativas.

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