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“La indicación de precios de la energía debe ser a la baja”

El Economista dialogó con Javier Martínez Alvarez (Presidente de Tenaris Cono Sur)

16 noviembre de 2018

Entrevista a Javier Martínez Alvarez Presidente de Tenaris Cono Sur Por Juan Manuel Antonietta

Con el trasfondo de una Vaca Muerta que empieza a estar cada vez más viva, El Economista dialogó con Javier Martínez Alvarez, Presidente de Tenaris Cono Sur. La empresa del Grupo Techint es una de las principales proovedores de la industria energética y un gran comprador y consumidor de gas y energía eléctrica.

El Grupo Techint, además cuenta con la empresa Tecpetrol -uno de los principales productoras de gas de Vaca Muerta- y Ternium -productora aceros planos y largos-. “Necesitamos un desarrollo robusto y competitivo de la energía”, señaló el ejecutivo y detalló que en este año el crecimiento de shale gas permitió que la industria de la energía reduzca costos por US$ 400 millones por reemplazo de combustibles importados y mejore la balanza comercial en US$ 1.800 millones. “Para el 2019 el ahorro de US$ 400 millones se triplicaría a US$ 1.100 millones y la mejora en la balanza comercial pasará de US$ 1.800 a US$ 4.000 millones”, detalló para darle magnitud a uno de los sectores más importantes y fundamentales de la economía.

¿Corre riesgo el nivel de inversión en Vaca Muerta en 2019 con las reducciones del precio de gas en boca de pozo que impulsó el Gobierno?

Nosotros siempre observamos Vaca Muerta como un proyecto extraordinariamente importante para Argentina por el potencial que tenía de generación de divisas, empleo y energía abundante y económica para el país. Para que Vaca Muerta sea un éxito, el precio de los energéticos en Argentina tiene que bajar. Compartimos toda la política inicial que tuvo el sector para promover esta primera etapa. El "jumpstart" y el empujón inicial que se le otorgó a la actividad en Vaca Muerta. En el caso de Estados Unidos este primer paso se había producido con los altísimos precios del petróleo que tuvo la industria en 2013-2014 permitiendo el despliegue la operación de shale. Para emular eso, aquí se dio un precio para el shale gas que permitió ese impulso inicial. Ahora bien, para que esto sea un éxito, hacia adelante el precio debe volverse más competitivo y eso es bueno y saludable. Mucha de la infraestructura se está empezando a desplegar y no hay que quitar este apoyo antes de tiempo, pero hacia adelante la indicación de precios debe ser a la baja.

¿Entonces el nivel de inversión se mantendría en 2019?

Yo soy optimista. Estamos viendo dos dinámicas. Por un lado, hay una migración hacia el petróleo. El esfuerzo inicial, si bien hubo algo de petróleo hecho por YPF y Chevron, y sobre todo en el último tiempo con Fortín de Piedra de Tecpetrol, la producción estuvo muy enfocada en gas y ahora gira hacia el petróleo. Hoy hay condiciones internacionales de precio tanto en las ventas locales como en la posibilidad de exportar. En el gas hoy los desafíos no pasan tanto por el precio sino por el lado de los cuellos de botella de infraestructura que muestra el sistema y hay que salvarlos. Un ejemplo de esto es el transporte de gas, con el crecimiento de Fortín de Piedra donde Tecpetrol anunció que produjo 15 millones de metros cúbicos. La producción fue de 0 a 15 millones en un año y medio, una noticia espectacular, pero utilizó toda la capacidad de transporte que había para mover gas de Neuquén a Buenos Aires. Como país necesitaríamos el tendido de otro gasoducto desde Neuquén hacia al centro del país y la añoradísima inversión en licuefacción que nos permita proveer al mercado argentino de gas en invierno y exportar el excedente en verano en la forma de gas licuado generando divisas.

La verdadera robustez de una industria y un país que mira a la exportación es poder generar ventajas competitivas estructurales

¿Qué encadenamientos productivos está generando Vaca Muerta en Argentina?

El proyecto de Tecpetrol tuvo una ejecución muy rápida por el enorme apoyo de toda la red de pymes que participaron del desarrollo veloz de Fortín de Piedra. Detrás de esto hubo 1.000 pymes trabajando, lo que da una idea de la magnitud que tiene. De las obras que se hicieron en superficie, las grandes plantas para separación y tratamiento de gas, una de las inversiones más importantes de Fortín de Piedra, fue hecho, en 94%, con empresas nacionales. En el evento de ayer, tanto Tenaris, como Ternium y Tecpetrol aprovechando la coyuntura que hay hoy de términos de intercambio lanzamos un subprograma dentro de ProPymes que llamamos ProPymes Exporta, que trata de aprovechar esta coyuntura para promover el comercio exterior en toda nuestra red de pymes. Tanto en la cadena energética, como en los otros sectores industriales, juntamos a clientes y proveedores para incentivarlos al desafío.

Habla de que faltan inversiones en infraestructura. ¿Qué rol debe tener el Estado?

Los desafíos van por el lado de la infraestructura y algunos se han ido salvando. En el último tiempo hubo todo un set de inversiones en lo que nosotros llamamos el gathering, la recolección de gas y las tuberías. Desde Tenaris hemos provisto muchas tuberías para esos proyectos y hemos visto muchas inversiones interesantes en proceso de ejecución como el midstream, toda la red de ductos que van conectando esas redes más chicas y acercando la producción de gas a los grandes gasoductos troncales. Estamos viendo mucha actividad tanto en la zona petrolera de Vaca Muerta como en la gasífera. Hay tres cosas dando vueltas con bastante insistencia en el mercado. La primera es un ducto que una Neuquén con San Nicolás; el segundo, un gasoducto que conecte Neuquén con Bahía Blanca pensado para exportar gas licuado y, recientemente, en este giro hacia el petróleo estamos viendo que hay estudios de un ducto paralelo al Oleoducto del Valle para mover petróleo hacia Bahía Blanca y dirigir a la exportación. Esta sería la segunda fase de inversiones que requeriría un desarrollo vigoroso de Vaca Muerta. Una tercera fase es la planta de licuefacción para exportar gas, pero estamos hablando de inversiones de US$ 4.000-5.000 millones. El otro punto importante es la exportación a Chile, que recuperamos hace pocos meses.

¿Pero se encuentran en marcha los proyectos o son, también, víctimas de la coyuntura?

La energía es un proyecto de mediano y largo plazo para el país. En el último tiempo hemos visto que la clase política ha entendido que la mirada que requiere la energía es de largo plazo. Pero no solo ellos. El ciudadano argentino está entendiendo como lo puede perjudicar y como una mirada de largo plazo puede beneficiarlo. Da esperanzas observar una convicción generalizada en la sociedad, empresarios y gobernantes en la mirada de largo plazo. Hay muchos actores muy interesados en impulsarlos, pero requieren de condiciones de financiamiento adecuados. En la medida que la situación macroeconómica mejore, van a ser más fácil de llevarse adelante.

Da esperanzas observar una convicción generalizada en la sociedad, empresarios y gobernantes en la mirada de largo plazo que requiere la energía

Teniendo en cuenta el salto del tipo cambio, ¿los nuevos márgenes de rentabilidad permiten pensar en exportar gas y petróleo de Vaca Muerta?

En petróleo uno de los factores determinantes es el precio internacional y, en gas, los desafíos son de infraestructura. Toda la ecuación del sector energético tiene un desafío de competitividad importante. El tipo de cambio ayuda a mejorar las deficiencias del sector y son una muy buena oportunidad para las pymes -que puede ser coyuntural y no hay garantías de que este tipo de cambio real se mantenga en el tiempo- que les puede generar el empujón para mirar los mercados exteriores. Nuestro énfasis en la presentación de ayer era mirar el comercio exterior más allá de la ventaja cambiaria coyuntural, generar un proyecto de largo plazo. La verdadera robustez de una industria y un país que mira a la exportación es poder generar ventajas competitivas estructurales que provienen por el lado de las inversiones, la automatización de procesos, la certificación internacional que hace que el producto sea aceptado en otros mercados y la capacitación de los recursos humanos.

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