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Con pedidos de reformas del FMI, siguen las negociaciones

Desde el organismo comienzan a escucharse voces que piden reformas estructurales para incrementar los desembolsos para el país

13 septiembre de 2018

Por Juan Manuel Antonietta 

Ayer volvió la misión del FMI a Argentina, aunque la sensación es que nunca se había ido. El equipo liderado por el italiano Roberto Cardarelli se encuentra actualmente en Buenos Aires para continuar las conversaciones con el equipo económico del Gobierno.

"El personal del FMI trabajará intensamente, en colaboración con el Gobierno, para identificar cómo el FMI puede brindar un mejor apoyo a la Argentina frente a la renovada volatilidad financiera y un entorno económico desafiante”, señaló a El Economista una vocera del FMI y aclaró que “nuestro objetivo común es llegar a una conclusión rápida de estas discusiones para presentar una propuesta al Directorio Ejecutivo del FMI”.

La misión, no obstante, se enmarca en una negociación difícil. Los puntos a negociar se incrementan y muchos analistas ya creen necesario que se aumente el monto del acuerdo para despejar la incertidumbre financiera que quedaría en el 2020. Pero no será tan fácil: como anticipó ayer este diario, Christine Lagarde expresó que sólo revisarán el monto “si (Mauricio) Macri incluye reformas serias en su plan”. Allí, agregó, “evaluaremos el impacto en la situación macroeconómica de Argentina y determinaremos la sostenibilidad de la deuda”.

Así el organismo entraría a discutir con Argentina las reformas de largo plazo. En la medida en que el país incrementa su dependencia del organismo, el FMI podrá incrementar aún más su poder de negociación y sus exigencias serían ser aún mayores. El acuerdo, así, podría extenderse en el tiempo.

El programa financiero

Martin Alfie (Radar) señaló, sobre los requerimientos de financiamiento de corto plazo, que “hay una necesidad adicional de entre US$ 10.000 y US$ 15.000 millones que se deberían adelantar en el desembolso, dependiendo de los supuestos de roll over de Letes”.

“Si el FMI duplica los desembolsos trimestrales, quedaríamos casi sin necesidades de financiamiento hasta 2020”, dijo Leonardo Chialva (Delphos) ante El Economista opinó que “sería el acuerdo que hubiéramos necesitado en primer lugar”.

Al respecto de la necesidad de incrementar el monto del acuerdo para quitar la incertidumbre respecto al financiamiento en 2020, Guido Lorenzo (ACM) explicó que “en nuestra opinión, para despejar las dudas acerca del plan 2020 y para mostrar un BCRA con mayor poder de fuego, el plan debería incluir una ampliación de US$ 15.000 millones”.

En disidencia con Lorenzo, Chialva cree que no hay que ampliar el préstamo. “En 2020 quedaría algo disponible de los fondos y los vencimientos bajan; se supone además que todo esto es para que se abran los mercados”, señaló el socio de Delphos y concluyó que “en algún momento si hacemos las cosas prometidas y las cumplimos podríamos volver al mercado”.

Reformas estructurales

Según un paper reciente del IMF (firmado por Lusine Lusinyan, y que contó con la aprobación de Roberto Cardarelli), “un ambicioso esfuerzo para llevar adelantes reformas que mejoren el clima de negocios puede agregar entre 1% y 1,5% de crecimiento al PIB de largo plazo”.

Entre las principales recomendaciones del trabajo están la necesidad de simplificar las regulaciones para nuevas firmas, quitar los controles de precios, eliminar las barreras arancelarias y paraarancelarias, mayor flexibilidad laboral y suprimir el impuesto a la renta financiera.

Según Lorenzo, el FMI puede exigir reformas estructurales en el marco de un nuevo plan, donde “incluso el Tesoro de Estados Unidos está involucrado y el resto de países que son socios del FMI participan de las mesas de negociación”.

Al respecto de los principales puntos ?incrementar la apertura comercial, disminuir las regulaciones comerciales y una mayor flexibilización laboral?el economista de ACM señaló que “somos un país que aún no abrió la cuenta corriente tanto como la cuenta financiera y podría venir un reclamo desde ese punto”.

“El resultado sería que se equilibraría la balanza comercial a un tipo de cambio más elevado porque las restricciones hoy operan más sobre las importaciones que sobre las exportaciones”, señaló Lorenzo y agregó que “la flexibilización laboral tiene que ser muy bien diseñada y generar los incentivos para ampliar la base de contribuyentes, sin embargo, aunque sea exigida desde el exterior, es de una negociación interna muy compleja que no va a suceder en pocas semanas”.

“El adelantamiento de los fondos es algo importante, por algo se votó como se votó el acuerdo.Es muy probable que si se adelantan haya discusiones sobre las reformas estructurales”, opinó por su parte Alfie y recordó que “ya en el primer programa había una reforma de la carta orgánica del BCRA, eso ya es de por sí una reforma estructural”.

El economista en jefe de Radar opinó que las recetas que en general establece el FMI no son beneficiosas. “No comparto el sentido que el FMI quiere imponer a esas reformas. Si bien hay que discutir la inserción internacional, el mercado laboral y las regulaciones comerciales, no deben ser discutidas en el marco de un condicionamiento del FMI. Debe ser una discusión soberana, estructural y de largo plazo, no apurados por obtener un desembolso del organismo”, concluyó Alfie.

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