El kirchnerismo y espacios aliados, concretos o potenciales, se manifestaron ayer en la Avenida 9 de Julio, con un acto muy concurrido. Dirigentes políticos, sindicales, movimientos sociales y artistas que forman parte de su abanico de adherentes protestaron contra el acuerdo con el FMI y la política del Gobierno, con “La Patria está en peligro” y “La Patria no se rinde” como lemas. Distante del peronismo más moderado, interpelado por el Gobierno para negociar el Presupuesto, pero dispuesto a tender puentes para evitar una fragmentación mayor del espacio opositor, el kirchnerismo busca ofrecerse como la oposición más dura, sin dejar por ello de intentar contener a otros espacios. Luego una rencilla con muchos de ellos, durante doce años de Gobierno. Y niveles altos de rechazo que preserva en segmentos importantes de la sociedad.
Por su parte, la líder del espacio y actual senadora nacional, Cristina Kirchner, prolonga su silencio. Ayer siquiera utilizó las redes sociales, como suele hacer en estos casos, para enviar su mensaje. Circunscripta a su labor parlamentaria, será esa tribuna la que utilizará para intervenir en los debates públicos, como sucederá el 8 de agosto, cuando el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, que ya tiene media sanción, llegue al recinto del Senado. El bloque del Frente para la Victoria que integra anticipó su voto a favor. Pero dan por descontado que la negativa de Cristina a avanzar con una iniciativa similar durante sus dos mandatos formará parte de la discusión. Por lo demás, cerca de la senadora descartan toda posibilidad de hablar de candidaturas durante este año y consideran que el deterioro de Cambiemos en términos de imagen la favorecen, como ya empezaron a mostrar algunas encuestas.
Cerca de la senadora descartan toda posibilidad de hablar de candidaturas durante este año, mientras mira de reojo el tablero
La convocatoria le dio continuidad a la realizada el pasado 25 de mayo frente al Obelisco, cuando recién se había dado a conocer la intención del Gobierno de ir a un acuerdo de financiamiento con el FMI. Como en aquella oportunidad, la convocatoria fue difundida a través de las redes sociales por actores afines al kirchnerismo que estuvieron sobre el escenario montado sobre la Avenida 9 de Julio en la intersección con Avenida Belgrano. Las columnas militantes se desplegaron a lo largo de la 9 de Julio y se destacaron por su tamaño las de La Cámpora y Nuevo Encuentro.
Los movimientos sociales y fuerzas políticas de centroizquierda también tuvieron su lugar. Y columnas propias. Dirigentes como Juan Grabois (CTEP), Emilio Pérsico (Movimiento Evita), Daniel Menéndez (Barrios de Pie) y Leonardo Grosso (Movimiento Evita), distantes del kirchnerismo, acompañaron con sus banderas y marcharon luego hacia Plaza de Mayo. Lo mismo, dirigentes que pertenecen al Frente Renovador, como Daniel Arroyo y Felipe Solá, que en estos días anticipó su pretensión de ser candidato presidencial. Otra pata de la protesta estuvo a cargo de los sindicatos más críticos del Gobierno, como las dos CTA (la de Hugo Yasky y la de Pablo Micheli), camioneros y bancarios.
Si Cristina estuvo ausente y mantuvo su silencio, su hijo Máximo Kirchner marchó y habló. “Yo quiero que al país le vaya bien. A nosotros nos tocó estar 12 años, incluso perdiendo a Néstor, y tratamos de llevar adelante una serie de políticas para que a todos les fuera bien. No es lo que estamos viendo ahora. Con estas políticas no nos va a ir bien”, señaló el diputado nacional por el Frente para la Victoria. “Rompamos las cadenas que nos impone el acuerdo alcanzado por el gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional, que sólo le ofrecen a nuestro pueblo un destino de miseria planificada”, señala el texto que se leyó en el acto
