El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se presentó ayer en el Senado y sostuvo que para mantener el fuerte crecimiento de la economía y una inflación estable era aconsejable continuar con la suba gradual de las tasas de interés. Hoy volverá al Congreso, pero a la Cámara de Representantes aunque no se espera que modifique su mensaje.
Sus palabras no sorprendieron a los inversores que descuentan que habrá una suba de tasas en la reunión de la Fed prevista para septiembre y la gran mayoría apuesta a que haya otra en diciembre, Así se completarían cuatro en el año, una por trimestre ya que las anteriores fueron en marzo y junio.
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Por lo tanto, las tasas, que se ubican entre 1,75% y 2%, terminarían el año entre 2,25% y 2,50%. Powell destacó la buena situación de la economía pero no dejó dudas, aunque haya sido cuidadoso con las palabras empleadas, de que le preocupa el impacto que puede tener una guerra comercial tanto sobre el nivel de actividad como en la inflación. “Los países que mantuvieron abiertos al comercio crecieron más” y “aquellos que siguieron el camino del proteccionismo tuvieron un desempeño peor” afirmó el titular de la Fed. Pero por ahora, el escenario es favorable porque el PIB del segundo trimestre que acaba de terminar pudo haber registrado una suba de 5%, la inflación está en línea con lo que pretende la autoridad monetaria y la tasa de desempleo es de 4% (creció levemente el último mes porque más personas se incorporaron al mercado laboral ante la perspectiva de conseguir empleo).
El estilo
Powell procura ser más llano que sus antecesores cuando hace presentaciones públicas y por eso ayer comenzó con una definición que debería ser tomada en cuenta por todos los banqueros centrales “la política monetaria afecta a todos y por lo tanto no debe ser un misterio para nadie”.
