El Gobierno Nacional había ofrecido, inicialmente, un aumento del 8%, para las Fuerzas Armadas, bastante por debajo de los salarios de los integrantes de las fuerzas de seguridad federales y del resto de los empleados estatales. Se habló de malestar y de que ese fue el motivo por el cual se suspendió el tradicional desfile por el Día de la Independencia, el lunes pasado.
Ayer, el presidente Mauricio Macri recibió en la residencia de Olivos, fuera de la agenda oficial, a los jefes de las tres fuerzas para anunciarles un aumento del 20% y superar ese malestar. Del encuentro participaron el ministro de Defensa, Oscar Aguad, el jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Bari del Valle Sosa, y los jefes del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea.
Asimismo, Macri decidió aplicar un blanqueo del 3% de los sueldos del personal militar, para avanzar progresivamente en la eliminación de sumas fijas. De este modo, se informó que el jefe de Estado cumplirá con la promesa que hizo a las Fuerzas Armadas el pasado 29 de mayo al encabezar la celebración del Día del Ejército Argentino en el Colegio Militar de la Nación, en El Palomar, provincia de Buenos Aires.
En esa oportunidad, Macri les pidió a las Fuerzas Armadas que “dediquen mayores esfuerzos en la cooperación con otras áreas del Estado, brindando apoyo logístico a las fuerzas de seguridad para cuidar a los argentinos frente a las amenazas y desafíos actuales”, en el marco de la lucha contra el narcotráfico. Declaraciones, por cierto, que habían cosechado críticas entre la oposición y entre miembros de organismos de derechos humanos, por considerar que de esta forma se estaría violando la Ley de Seguridad Interior.
