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La importancia de la diversificación en mercados que no dan respiro

Así, no harás “goles de media cancha”, pero tampoco sufrirá los avatares tan presentes en los mercados financieros

13 julio de 2018

Por Juan Andrés Serur Secretario Académico del Master en Finanzas de UCEMA

Cuando las variables macro con mayor escrutinio por parte de los participantes de la economía toman un sendero de alta volatilidad, el nerviosismo se apodera de los mercados, conduciendo a que la toma de decisiones se vea plagada de emociones y sesgos que tienden a producir errores muy costosos para inversionistas de cualquier tipo y tamaño.

Hoy en día el mercado local está sufriendo tal histeria, monstruo hambriento que se ve agrandado, día a día, por noticias locales e internacionales. Para muchos, el rumbo parece estar perdido, para otros llegamos a un valle a partir del cual se saldrá adelante. En realidad, nadie lo sabe a ciencia cierta. Lo que sí es fáctico es la gran incertidumbre y la falta de señales de mejora.

En lo que va del año, el tipo de cambio sufrió una devaluación cercana al 50%, hecho desesperante para los ahorristas en pesos, cuyos salarios se encuentran atados a la suerte de dicho signo monetario. Pero lo que vuelve la situación aún más agravante es que el salto en el tipo de cambio no se dio gradualmente, sino que mostró una dinámica vertiginosa en los últimos dos meses. Esto se vio acompañado de un estallido en las tasas de interés de las Letras del BCRA (Lebac), cuyo objetivo fue intentar mantener el atractivo sobre el bastardeado peso, así como evitar mayores corridas.

A nivel internacional, tensiones entre Estados Unidos y China por cuestiones de índole comercial generan incertidumbre, que se traduce en una alta volatilidad en los mercados. Sin embargo, lo más preocupante, al menos para los emergentes, es el hecho de que la Reserva Federal norteamericana se encuentra en un proceso de contracción monetaria en simultáneo con un déficit fiscal en aumento para la primera economía global. ¿El resultado final? Tasas de interés en aumento, complicando el acceso de la Argentina a dinero barato en abundancia.

En situaciones tan delicadas, dejarse llevar por el miedo puede ser altamente costoso. Es entonces de vital importancia que el inversor sea consciente de los riesgos que asume al momento de ejecutar una estrategia. Por ejemplo, la evidencia empírica muestra que inversores con capacidad de pensar en el largo plazo deberían tener un portafolio compuesto casi al 100% por acciones. Sin embargo, en contextos como el actual puede significar estar expuesto a fuertes pérdidas en el corto plazo.

Por el contrario, el timing en los mercados financieros es sumamente difícil. Para citar un ejemplo, si se invertía en el S&P 500, importante índice accionario norteamericano, a inicios de 2000, la rentabilidad anualizada hasta inicios de 2018 sería menor que si se hubiese invertido en Bonos del Tesoro americano de largo plazo. Sin embargo, si se hacía lo mismo, pero comenzando a principios de 2010, la rentabilidad de la renta variable sería casi ¡4 veces mayor!

Por esto, es menester tener presente un amplio abanico de activos, pensando en diversificar. No hará “goles de media cancha”, tampoco sufrirá los avatares tan presentes en los mercados financieros. Perder los sesgos, tener un plan de inversiones y apegarse al mismo terminan pagando más que la infructuosa búsqueda de la próxima moda de inversión. Claro, esto será mucho menos glamoroso y emocionante, pero al final del camino, su bolsillo y su salud se lo agradecerán.

Las opiniones expresadas son personales y no necesariamente representan la opinión de la UCEMA

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