Por J. M. Antonietta
“En la última semana de agosto esperamos terminar todas las discusiones técnicas y en la reunión de Montevideo en septiembre llegar al cierre del acuerdo UE-Mercosur”, declaró ayer Jorge Faurie en una conferencia de prensa en Bruselas. El optimismo argentino no descansa y los enviados Europa (además del canciller están Dante Sica y Luis Miguel Etchevehere) siguen esperando a que termine la novela.
“Hemos cerrado una gran cantidad de temas en Bruselas y en otros hemos hecho avances fundamentales”, agregó el canciller y detalló que “de la lista de la UE de 357 productos en discusión, nos quedan por resolver solo 22, los que esperamos que en este tiempo del receso europeo se resuelvan”.
La negociación, que ya lleva cerca de veinte años, continuará en septiembre en Uruguay. No obstante, Faurie aclaró que ese mes no era una fecha límite inamovible. “Es un objetivo, pero no una fecha límite”, dijo a los periodistas y agregó que “no nos preocupamos por una deadline sino que nos preocupamos por un objetivo”.
También habló Cecilia Malmström, comisaria de comercio en la Comisión Europea. La funcionaria dijo que “estamos obteniendo un buen progreso, pero estamos lidiando con algunos asuntos muy difíciles y todavía hay una larga lista”.
A su turno, Phil Hogan, comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, había declarado el miércoles, desde un lugar más pesimista, como consignó El Economista, que el acuerdo estaba lejos.
Pero no hay dudas solo en el Viejo Continente. Desde Brasil, en la Confederación Nacional de Industria (CNI) ven lejano el acuerdo dado el complejo escenario electoral. En octubre son las elecciones en Brasil y Michel Temer cuenta con apenas 3% de imagen positiva y es difícil que un Gobierno recién electo firme el acuerdo. Además, las negociaciones UE-Mercosur no figuran en la agenda de ningún partido político.
Información desde Bruselas proveniente del sector empresario argentino también detalló que el acuerdo político no era de interés para Europa. Muchos países del Viejo Continente también atraviesan situaciones políticas delicadas y solo firmarían el acuerdo comercial una vez cerrado.
Negociaciones
Faurie destacó sobre la discusión por los productos automotrices, uno de los ejes más problemáticos, que “los avances en automotrices son significativos y ayuda mucho a la negociación que sean las mismas empresas las que producen de un lado y del otro”, y explicó que “Fiat es Fiat y Peugeot es Peugeot”.
“En el receso del verano europeo deberíamos llegar al cierre entre fin de agosto y principio de septiembre de las discusiones técnicas y estar muy cerca de cerrar en la ronda de Uruguay”, detalló el canciller e indicó sobre la magnitud del tratado que “este acuerdo es cinco veces más grande que el realizado entre Japón y la Unión Europea”.
Así, el balance del cierre de la ronda fue muy positivo porque “se han producido avances significativos en áreas que son muy sensibles y delicadas para ambas partes”, detalló.
Además de los ministros, también estuvo el secretario de Relaciones Económicas Internacionales y jefe negociador por parte de Argentina, Horacio Reyser.
Sica, por su parte, puso de relieve que durante las reuniones “avanzamos mucho” en materia automotriz, autopartes y agricultura. “Para crecer de manera sostenida y avanzar en el objetivo de reducir la pobreza, Argentina tiene que mejorar significativamente su inserción en el mundo y este acuerdo es una parte muy importante para lograrlo”, opinó
Etchevehere remarcó la importancia de los avances obtenidos al destacar que los acuerdos internacionales son la contracara del proteccionismo. “De esta manera se le otorga previsibilidad a los productores de que sus alimentos ingresen a diferentes mercados con reglas claras, comercio justo y condiciones equitativas que se traducen en mayores oportunidades de trabajo”, concluyó.
