Los “gordos” e “independientes” fueron los primeros en dar por finalizado el ciclo del triunvirato en la conducción de la CGT. Y los primeros que buscaron recambio al interior de sus propias filas. El dirigente de la Sanidad, Héctor Daer, uno de los denominados “gordos” e integrante del esquema tripartito, aparecía como candidato impulsado por los gremios más grandes del sindicalismo argentino. Por su parte, los gremios más “duros” habían desistido de participar. Hugo Moyano, entre ellos. El horizonte del 22 de agosto aparecía entonces como bastante llano para esos sectores, los más moderados y dialoguistas con el Gobierno Nacional.
La situación comenzó a cambiar durante los últimos meses. El moyanismo modificó su postura y tendió más puentes con el dirigente de los bancarios Sergio Palazzo para disputar el liderazgo. Y la CGT se vio obligada a llevar a cabo una nueva huelga general que neutralizó los cuestionamientos en alza. En esa línea, ayer el consejo directivo de la CGT finalmente decidió renovar su respaldo al triunvirato y dejó atrás la idea de realizar elecciones en la fecha prevista, según confirmó el secretario general de UDA, Sergio Romero, en declaraciones a la prensa al retirarse del edificio.
A su vez, durante el encuentro se definió la realización de una reunión de secretarios generales de los gremios de la CGT (los que están en la conducción y los que no) a fines de agosto, con el objetivo de continuar debatiendo la postura que tendrá que seguir la central frente a las políticas del Gobierno.
