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Caída la negociación con el Gobierno, la CGT cerró filas y le puso fecha al paro

La central consideró insuficiente la propuesta del Ejecutivo a su petitorio y confirmó la medida de fuerza para el lunes 25 (sin movilización)

13 junio de 2018

Confirmado. Luego de varios vaivenes, negociaciones abiertas, llamadas de última hora, mucho nerviosismo y un cuarto intermedio que postergó definiciones, el consejo directivo de la CGT convocó ayer a un paro general por 24 horas para el lunes 24 de este mes. Será una medida de fuerza sin movilización, según adelantó Héctor Daer, del gremio de Sanidad y uno de los triunviros. “El paro encuentra sus razones en la necesidad de expresarle al Gobierno Nacional nuestro más enérgico repudio al ajuste salvaje al que somete a los trabajadores”, dice el documento, en uno de sus párrafos. La CGT, precisamente, mantenía una línea de negociación con el Ejecutivo, que quedó a mitad de camino por la mañana, cuando los sindicalistas consideraron que no había predisposición de su contraparte para cumplir con los cinco puntos que exigía el petitorio.

El mensaje

“Le pedimos al Gobierno una reflexión”, sostuvo Daer en el breve discurso a través del que anunció la medida de fuerza. “Vetó las tarifas y plantea un ajuste fiscal como único horizonte”, agregó como enumeración. Y, acto seguido, sostuvo: “Le pedimos una rectificación de las políticas económicas y de la administración del comercio exterior, que esta destruyendo a toda la industria”. Además, pidieron que se reabran paritarias y que las que siguen abiertas se mantengan sin techo, dado que el Gobierno no tiene pauta inflacionaria para este año.

Luego intervino Juan Carlos Schmid, al lado del líder del sindicato de Dragado y Balizamiento. “Los sectores más vulnerables son los que sufren las políticas económicas del Gobierno. Le planteamos la situación de los despidos y el ministro de Hacienda (Nicolás Dujovne) nos dijo que ellos no podían intervenir en el juego del mercado porque eso afectaría la creación de empleo. Estamos en las antípodas de esa posición”, apuntó el integrante del triunvirato. “Esta CGT siempre quiso que al Gobierno le vaya bien. Planteamos el diálogo, pedimos modificaciones y no obtuvimos respuestas. Por eso hoy encaramos el reclamo de toda una sociedad”, subrayó, más tarde Carlos Acuña, dirigente de los trabajadores de las estaciones de servicio.

Los puntos

El petitorio de la CGT tenía cinco puntos. Solicitaba una norma que evite por seis meses despidos y suspensiones, la mencionada reapertura de paritarias, la eliminación en la base de cálculo del Impuesto a las Ganancias por el medio aguinaldo, la devolución de fondos de las obras sociales y el compromiso para que no haya modificación de la Ley de Contrato de Trabajo. Desde el Gobierno rechazaron la posibilidad de “evitar” despidos y propusieron un “un puente en términos de salarios para el sector privado, hasta llegar a las cláusulas de revisión”. También proponía llevar a la mesa de negociación los fondos retenidos a las obras sociales que manejan los sindicatos, una suma aproximada de $6.000 millones, que entusiasmaba a algunos dirigentes.

Las partes tenían previsto volver a reunirse ayer por la mañana, en Casa Rosada. Pero el encuentro quedó suspendido. El Gobierno consideró “inoportuno” ceder ante las pretensiones de la CGT y envió un gesto esquivo. Según trascendió, el propio presidente Mauricio Macri, en particular, fue el menos propenso a aceptar las exigencias de la central y la amenaza consecuente de paro. En la CGT, esto permitió que ganasen más terreno los sectores que consideraban que el paro era inevitable por sobre los moderados o más negociadores. Presión que se acentuaba con algunos movimientos conjuntos de Hugo Moyano y sus gremios aliados, la Corriente Federal de Trabajadores ligados al bancario Sergio Palazzo, las dos CTA y buena parte de los movimientos sociales.

Adhesión

“El veto a la rebaja de tarifas aprobado por el Congreso Nacional, el anunciado acuerdo con el FMI, sus consecuencias sobre el empleo, la obra pública, los Sistemas de Seguridad Social, las Economías Regionales y los Servicios Públicos no hacen más que agravar dramáticamente la ya insoportable situación social”, sostiene el documento que la CGT distribuyó luego del anuncio. “No vamos a permitir que el ajuste lo hagan otra vez los que menos tienen, los trabajadores ocupados y desocupados, los jubilados y los sectores más vulnerables, que ya viven en condiciones sociales extremadamente precarias. No vamos a tolerar que se insista en ajustar más la economía social en busca de un equilibrio fiscal. Los números deben cerrar con los trabajadores adentro”, sostiene el texto de la CGT en otro de sus párrafos.

La central confirmó que el paro no tendría movilización que lo acompañara. Ni cortes de calles, más allá de lo que puedan hacer otros actores, como movimientos sociales o partidos de izquierda. El acatamiento de la UTA permitiría que la paralización fuese importante, de todos modos.

Ayer, por la tarde, con el hecho ya consumado, parte del Gabinete evaluaba costos políticos y posible consecuencias.

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