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Según la UCA, la pobreza en 2017 alcanzó al 31,4% de los argentinos

La indigencia bajó respecto de 2016 pero creció contra 2015, mientras que la pobreza es menor que hace dos años pero más profunda

11 diciembre de 2017

Lejos de la pobreza cero, la realidad social en el país está plagada de urgencias. Según el informe anual del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA publicado hoy y como era de esperarse, en 2017 los niveles de pobreza e indigencia mostraron un leve retroceso tras la importante suba del año pasado pero aún se encuentra en los márgenes preocupantes que arrastra Argentina en las últimas décadas. Así, el 31,4% de la población es pobre (unas 13,5 millones de personas) -en 2016 era el 32,9%- y el 5,9% es indigente (2,5 millones de argentinos). Sin embargo, la medición de este año se realizó con un cambio metodológico que guiará la serie 2017-2025, por lo que esos datos no son comparables con los de la serie anterior 2010-2016.

Menos pobreza pero más profunda

Para evitar el quiebre, el informe presenta resultados comparables elaborados en base al método anterior. De esa manera, se ve una caída de 4,3 puntos en la tasa de pobreza (de 32,9% a 28,6%), que la lleva por debajo del nivel de 2015 (29,7%) y en línea con el de 2014 (28,7%).

Por su parte, la tasa de indigencia pasó de 6,9% en 2016 a 6,4% en 2017, el mismo número de 2014. Pero en este caso, el porcentaje de indigentes aumentó respecto de 2015, cuando se ubicaba en 5,7%.

“Hoy hay menos pobres proporcionalmente que en 2015 pero hay un poco más de indigentes”, explicó el titular del ODSA-UCA, Agustín Salvia, y precisó que en la indigencia hay “aproximadamente 180.000 personas más pero tenemos 600.000 menos en la pobreza”.

“Hay menos pobres que en 2015 pero los pobres de hoy son más pobres porque están más lejos de salir de la pobreza”, explicó Salvia

Además, el investigador ahondó en el problema: “Hay menos pobres que en 2015 pero los pobres de hoy son más pobres porque están más lejos de salir de la pobreza”. Esto es así porque se amplió la brecha de pobreza, que marca la distancia media entre los ingresos de los hogares que están en esa condición respecto del valor de la Canasta Básica Total (es decir, la línea de la pobreza): en 2017 se ubicó en 34,1%, mientras que en 2015 era de 32,2%.

Pobreza infantil

Como ya es sabido, la niñez y la adolescencia son los segmentos etarios más golpeados. El estudio de la UCA muestra que casi la mitad (48,4%) de los argentinos de entre 0 y 14 años es pobre. Aunque, si se lo calcula con la metodología de la serie previa, la tasa desciende a 42,9%. Pero para dimensionar que se trata de un problema estructural, basta con ver que en los últimos siete años la pobreza infantil nunca bajó del 35%. Y al mismo tiempo, esta franja es la que más sufre la indigencia: en 2017 el 10% de los niños y preadolescentes vive en esa condición.

Así como encabeza los peores datos de empleo, la juventud también está fuertemente atravesada por estas carencias. El 35,3% de las personas de entre 15 y 29 años es pobre y el 6,6% es indigente -en ambos casos por encima del promedio-.

Casi la mitad (48,4%) de los argentinos de entre 0 y 14 años es pobre

Mientras tanto, en los adultos de 30 a 59 años, la tasa de pobreza está en 26,6% y la de indigencia en 4,6%. Y en las personas mayores de 60 años, se ubican en 8,9% y 1,2% respectivamente.

Multidimensionalidad

La publicación de estos datos -calculados en base a los ingresos- estuvo acompañada por otro informe del ODSA que realiza un análisis multidimensional de la situación de la pobreza en hogares, que comprende una serie de variables que parten de una “perspectiva asumida que tiene como eje un enfoque de derechos, que son asumidos como la expresión de consensos civilizatorios de alcance universal”.

Una de las dimensiones consideradas es la inseguridad alimentaria, que mide la falta de acceso a alimentos y por tanto expresa una privación extrema, que “en 2017 no experimenta cambios significativos respecto a la medición del año anterior”, tomando la metodología de la serie 2010-2016. De acuerdo a la nueva modalidad, esta problemática alcanza al 4,1% de los hogares urbanos de Argentina.

El 34,1% de los hogares tiene problemas de acceso a los servicios básicos: el 10,8% no cuenta con conexión a red de agua corriente, el 33,5% no tiene cloacas y el 1% no está conectado a fuentes de energía

Por otra parte, el 18,9% de los argentinos no tiene cobertura de salud y debió recortar gastos en atención médica o en medicamentos en 2017. “Esta evolución podría estar ligada al incremento en los precios de medicamentos, a los cambios en las políticas de otorgamiento gratuito de medicamentos o a un probable deterioro de la remuneración real para los estratos más bajos de la estructura social”, desarrolló el estudio.

En tanto, el 34,1% de los hogares tiene problemas de acceso a los servicios básicos: el 10,8% no cuenta con conexión a red de agua corriente, el 33,5% no tiene cloacas y el 1% no está conectado a fuentes de energía.

Según la UCA, el déficit habitacional golpea al 21,4% de los hogares urbanos. Al 8% por hacinamiento, al 14,8% por la precariedad de la vivienda y al 9,6% por las deficiencias en los servicios sanitarios.

“La situación de los hogares respecto al acceso al empleo registrado y la seguridad social no experimentó cambios relevantes más allá de un leve descenso en los años 2014 y 2015 que se revierte en 2016 y continúa su proceso de deterioro en 2017”, destaca el informe. Así, este año esta situación afectó al 26,7% de los hogares.

Además, los hogares con déficit de recursos educativos llegaron al 34,7% y los que presentan carencias de recursos informativos alcanzaron el 27,1%.

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