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Recuperación precaria: la informalidad llegó al 34,4% en el 3ºT

Según datos de la EPH, los asalariados registrados pierden participación frente a los asalariados informales, monotributistas y cuentapropistas

20 diciembre de 2017

Por Juan Strasnoy Peyre

La tenue recuperación del empleo vino acompañada de un aumento en la informalidad. Así se desprende de los indicadores socioeconómicos del mercado laboral con datos de la EPH del tercer trimestre, que marca una suba del porcentaje de asalariados sin descuento jubilatorio a 34,4%. Además, el informe difundido hoy por el Indec mostró un panorama de la inequidad de género en el acceso al empleo.

Más informalidad

En el 3ºT, el 74,5% de los trabajadores con empleo eran asalariadas y el 25,5% restante, cuentapropistas y monotributistas, entre otras modalidades. Y entre los primeros, el 34,4% trabajaban en la informalidad. Considerando al conjunto de los ocupados, el 48,9% eran asalariados formales; el 25,6%, asalariados informales; y el 25,5%, no asalariados.

“El mercado de trabajo continúa su tendencia a la precarización. En 2015, de cada 100 laburantes, 51 eran asalariados en blanco. En 2016, 50. En 3º trimestre de 2017, 49”, explicó el analista del IET, Daniel Schteingart. Tomando en cuenta la descomposición de esos números como porcentajes respecto de la población total, Schteingart consideró que “la leve suba en la tasa de empleo entre el 3ºT de 2016 y el 3ºT de 2017 (de 24,1% a 42,4%) se explica por el cuentapropismo y los asalariados en negro, en detrimento de los asalariados formales”. Es que, mientras la tasa de ocupación pasó de 42,1% a 42,4%, la cantidad de asalariados formales por cada 100 habitantes cayó de 21 a 20,7, la de informales subió de 10,7 a 10,9 y la de no asalariados pasó de 10,4 a 10,8.

Considerando al conjunto de los ocupados del 3ºT, el 48,9% eran asalariados formales; el 25,6%, asalariados informales; y el 25,5%, no asalariados

El Gobierno conoce esa tendencia pero promete corregirla con los instrumentos que forman parte del paquete reformista que está en pleno debate: el mínimo no imponible en las cargas patronales que avanzará progresivamente hasta llegar a los salarios de $ 12.000 en 2022, comprendido dentro de la reforma tributaria que obtuvo media sanción esta madrugada en Diputados; y el blanqueo laboral, que incluye una condonación de multas y deudas para los empresarios que formalicen a sus empleados y forma parte de la postergada reforma laboral. Sin embargo, algunos analistas y un amplio arco del sindicalismo consideran que esas medidas no serán efectivas y señalan como ejemplo la experiencia de los '90, cuando se redujeron los aportes patronales pero la informalidad creció.

Mientras tanto, el recorte por regiones ubicó al NOA a la cabeza de los niveles de precarización, con una tasa de asalariados sin descuento jubilatorio del 41%, seguida por Cuyo con el 38,2% y la región Pampeana con 34,7%. En el Gran Buenos Aires, la informalidad llegó al 34% pero con una importante disparidad en su interior: mientras que en la CABA fue del 23,6%, en los partidos del conurbano bonaerense alcanzó el 37,1%.

Brecha de géneros

Por otra parte, los números del tercer trimestre vuelven a dejar en claro la importante desigualdad de géneros que existe a la hora de acceder al trabajo y reafirman que los problemas se agudizan entre los jóvenes.

Inequidad de géneros: el desempleo en las trabajadoras se ubicó en 9,5% contra el 7,3% de los hombres

Para la población mayor a 14 años, la tasa de actividad -porcentaje de personas con trabajo o en busca de él- en el 3ºT fue del 58,3%. Sin embargo, mientras que en los hombres fue del 69,8%, en las mujeres alcanzó apenas el 47,9%, una brecha de casi 22 puntos. Y en el caso de los menores de 30 años, fue de 40,2% para las jóvenes y de 57,1% para los varones.

Por otra parte, la tasa de empleo -personas ocupadas respecto de la población mayor a 14 años- también mostró una brecha superior a los 20 puntos: en el caso masculino fue del 64,7% y en el de las trabajadoras del 43,4%. Al incorporar el factor juvenil, las cifras se vuelven más críticas ya que en los varones y mujeres de hasta 29 años la ocupación fue del 48,2% y del 32,4%, respectivamente.

Finalmente, el desempleo en las trabajadoras se ubicó en 9,5% contra el 7,3% de los hombres. Entre las jóvenes, la tasa se estiró al preocupante 19,5%, mientras que entre los varones menores de 30 alcanzó el 15,5%.

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