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El gasto público bajó a 40,4% del PIB en 2017

“El Gobierno busca estabilizar el nivel de gasto público a niveles razonables y sostenibles”, dice Sebastián Galiani

26 diciembre de 2017

Argentina tiene un problema fiscal. Y no es chico ni neutral para el resto de la economía. “El Gobierno (de Mauricio) Macri heredó un nivel de gasto público insostenible. Consolidado en los tres niveles de gobierno (Nación, provincia y municipios), el mismo alcanzaba 42,2% del PIB en 2015”, sostienen Sebastián Galiani (secretario de Política Económica y virtual Nº2 de Nicolás Dujovne) y Santiago Afonso (Jefe de Gabinete de la Secretaría de Política Económica) en un interesante trabajo publicado por Foco Económico. “Ese gasto, antes de la crisis de 20012002, era de 25,6% del PIB”, agregan. Es decir, trepó desde entonces casi 17 puntos del PIB. “Algo así como agregar otro estado a la castigada economía”, soslayan.

Los drivers

¿Cómo se llegó a un Estado de 42,2 puntos del PIB? Los autores tres grandes áreas que motorizaron el crecimiento del gasto.

La masa de salarios pública (que creció 4,8 puntos del PIB desde 1998 y principalmente estuvo impulsado por las provincias), los beneficios previsionales (que crecieron 4,7 puntos del PIB dese 1998) y las transferencias a privados (que se incrementaron 5 puntos del PIB: los subsidios a servicios públicos representaron 3,6% del PIB). En contraste, la inversión pública casi no creció en el período (1,4 puntos del PIB) “Así, terminamos con un nivel de gasto primario que supera al de todos nuestros vecinos latinoamericanos, y se encuentra hasta 8 puntos porcentuales por sobre lo que se espera tenga un país con el nivel de PIB per cápita como el nuestro”, dicen Galiani y Afonso.

La hoja de ruta

“Gradualmente, el Gobierno (?) busca estabilizar el nivel de gasto público a niveles razonables y sostenibles para un país con el nivel de desarrollo que tiene Argentina. Partiendo del pico alcanzado en 2015, en 2017 el gasto primario se habrá reducido en casi 2 puntos del PIB. Esto se logró a pesar del fuerte incremento que tuvo durante el periodo el gasto en protección social por parte del Sector Público Nacional. La participación del mismo en el gasto primario nacional creció fuertemente mientras que los subsidios económicos fue el rubro que más peso perdió”, dicen (ver tabla).

Hacia adelante, agregan, “para seguir avanzando, además de hacer más eficiente el gasto público, modernizar el Estado y terminar de recortar los subsidios económicos, es necesario estabilizar el gasto público real”.

Responsabilidad

La Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF), que no tuvo tanto marketing ni resonancia mediática, es un paso importante en ese camino. “Durante 2017, la Nación y las provincias negociaron y acordaron una nueva Ley de Responsabilidad Fiscal, la que establece que el gasto primario corriente no podrá incrementarse por encima de la inflación (o, en provincias deficitarias o altamente endeudadas, no podrá hacerlo por encima del gasto primario), y que no se podrá incrementar el personal por encima del crecimiento de la población. Así, el crecimiento de la economía permitirá ir bajando gradualmente el peso del gasto público en el PIB, creando el espacio fiscal para también poder bajar la presión tributaria y mejorar el sistema impositivo”, dicen Galiani y Afonso.

Suponiendo que el gasto primario se mantuviese constante en términos reales, algo más exigente que lo que demanda la Ley de Responsabilidad Fiscal, hacia el fin del próximo mandato presidencial, el gasto publico primario consolidado habría bajado aproximadamente 10 puntos del PIB, y “sin crisis alguna, algo inédito no solo en Argentina, sino muy poco frecuente a nivel mundial”, dicen los autores del trabajo.

Concluyen: “Este es un desafío muy importante para el país. De lograrlo, por primera vez en nuestra Historia, superaríamos un proceso populista sin crisis económica ni política. No sólo ello sino que, para lograrlo, necesitamos crecer al tiempo que reducimos el peso del Estado en la economía significativamente. Esto requiere también mejorar significativamente la eficiencia del Estado. Para ello, Nación, provincias y municipios deben continuar trabajando en acuerdos básicos como los que llevaron a acordar la LRF y el nuevo Consenso Fiscal legislado recientemente”, dicen.

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