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Empleo: ¿avance o estabilidad?

Tras una leve recuperación, el Gobierno ve con optimismo el 2018. Sin embargo, los analistas ven más continuidades que mejoras. Los salarios no crecerán en términos reales

19 diciembre de 2017

Por Juan Strasnoy Peyre

La creación de empleo es, sin dudas, una de las grandes preocupaciones. Con una dinámica que no logra despegar, este año cerrará con números más que discretos. Entonces, se impone una pregunta: ¿cómo evolucionará en 2018? En un terreno donde prima la incertidumbre, en medio de los conflictos abiertos de caras a la votación en el Congreso del paquete de reformas con que el Gobierno busca transformar la estructura del mercado laboral (entre otros aspectos), las miradas son dispares. Optimismo oficial, expectativas moderadas entre empresarios y escepticismo en algunos analistas. Lo seguro es que nadie espera un gran salto.

La herencia de 2017

Este año se despedirá con una suave reactivación tras la caída de 2016. Tanto los datos de empleo registrado de los últimos meses difundidos por el Ministerio de Trabajo como los del tercer trimestre que proporcionó la EPH del Indec (que contemplan también el universo de los trabajadores informales) mostraron que la generación de puestos de trabajo comenzó a ganarle, por poco, al crecimiento poblacional. La cartera laboral informó que en septiembre el empleo registrado creció 2,1% interanual, aunque en el sector asalariado privado (el que contiene el llamado “empleo de calidad”) la suba fue apenas del 1,1%, con lo que sólo le empató a la expansión demográfica. Mientras, los indicadores laborales de la EPH mostraron un alza interanual de la tasa de empleo en el 3°T de 0,3 p.p..

El subsecretario de Estadísticas, Estudios y Políticas Laborales, José Anchorena, pronosticó que este año cerrará con cerca de 80.000 nuevos asalariados privados registrados, que sigue siendo el principal déficit de la gestión ?a lo largo del año creció por debajo de la categoría monotributistas, que comprende modalidades de contratación más precarias?. El año pasado, al compás de la recesión, se habían registrado unos 45.000 asalariados menos. Considerando a todo el sector privado y al público, la estimación de crecimiento para 2017 llega a 300.000.

En un terreno donde prima la incertidumbre, en medio de los conflictos abiertos de caras a la votación en el Congreso del paquete de reformas con que el Gobierno busca transformar la estructura del mercado laboral (entre otros aspectos), las miradas son dispares. Optimismo oficial, expectativas moderadas entre empresarios y escepticismo en algunos analistas. Lo seguro es que nadie espera un gran salto.

Optimismo

El punto de partida para el Gobierno es considerar que los números muestran que “hemos salido del estancamiento laboral”. Además, aseguran que la aprobación del paquete reformista potenciará la creación de empleo. En concreto, Anchorena espera que el próximo año estén cerca de duplicarse los nuevos asalariados: “Creemos que en 2018 el crecimiento puede ser mayor, de unos 130.000 puestos asalariados”.

Un dato que en Alem al 600 creen que refleja ese panorama es el de las expectativas empresariales. Según la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) realizada por el Ministerio entre 2.800 compañías, en octubre el 11,7% de las firmas dijo que prevé aumentar su dotación y el 3,6% disminuirla, lo que arroja un resultado neto de 8,1%. “Llevamos tres meses seguidos con expectativas netas por encima del 6%”, celebró Anchorena.

Los números de la EIL son similares a los que relevó Manpower. Para el primer trimestre de 2018 midió una Expectativa Neta de Empleo de +8%. Pero el análisis de la consultora fue menos eufórico: habló de “un leve optimismo en los planes de contratación”. “Con 13% de los empleadores que esperan aumentar los niveles de personal y 79% que no pronostican cambios, vemos que se mantiene una tendencia de contratación estable, sin grandes movimientos en el corto plazo” explicó Fernando Podestá, vicepresidente de ManpowerGroup Argentina.

La cartera laboral informó que en septiembre el empleo registrado creció 2,1% interanual, aunque en el sector asalariado privado (el que contiene el llamado “empleo de calidad”) la suba fue apenas del 1,1%, con lo que sólo le empató a la expansión demográfica

Preocupación

Para el titular del CEPED, Javier Lindenboim, la suerte del mercado laboral es inseparable de la marcha de la economía: “Necesitamos incrementar la productividad significativamente y ver cómo la sociedad discute esa eventual mejoría en materia distributiva. Y esas dos cuestiones tienen serias dificultades porque los empresarios, al no decidirse a invertir, están pateando en contra de una necesidad que es social pero, desde el otro lado, también hay dificultades para sentarse a conversar. Así, es difícil imaginar que haya progresos en materia de productividad. Y si esto no ocurre, las chances de tener éxito pronto en materia de inflación se alejan”. Con esos elementos, sostuvo que sería muy poco probable que en 2018 se dé una dinámica superadora de la de este año y plantó que “es complicado que la mirada sea optimista; hoy lo veo preocupante”.

En números, Lindenboim estimó que “podemos tener un crecimiento parecido al de este año, del orden del 3%, lo cual no es suficiente, porque la relación empleo-producto viene siendo de alrededor de un tercio y eso da 1 punto, que es más o menos el crecimiento de la población, es decir, apenas alcanzaría para mantener el mercado de trabajo en un delicado equilibrio”.

En materia salarial, su mirada tampoco es esperanzadora. “Si no hay mejoramiento de la demanda laboral, es muy difícil imaginar que la mejora del salario real se materialice. Sabemos que el salario mejora cuando hay un lapso de demanda fuerte comparada con la oferta”. Su lectura tiene sustento a la luz de las declaraciones del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que dijo que “las paritarias de 2018 deberían cerrar en torno al 16,6%” en línea con las expectativas inflacionarias de los empresarios plasmadas en el Relevamiento de Expectativas del Mercado del BCRA. Es decir, que el poder adquisitivo quede estancado.

Finalmente, el investigador del CEPED se refirió al posible impacto de la reforma laboral. “Primero, aún no sabemos qué cosas se van a aprobar. El tema es que si está plateada para producir algún ahorro al sector empresario y punto, no nos va resolver ningún problema, como no lo resolvieron las modificaciones que se dieron en los años noventa”, advirtió.

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