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Caminos posibles de Lousteau

Discusión interna en Evolución respecto de los pasos a seguir

27 octubre de 2017

Fue uno de los grandes derrotados en las elecciones legislativas. Había tenida una buena performance en 2015, forzando el balotaje y generando zozobras en el PRO, y asomaba como una gran promesa para la política porteña. Pero las urnas del domingo 22 llegaron con malas noticias y confirmaron lo que ya habían anticipado las PASO: que su candidatura quedaba a trasmano de las inquietudes de los electores de la CABA. En una parábola que generó análisis diversos y que ya tiene discusiones y replanteos al interior de Evolución, el espacio en el que confluyeron radicales, socialistas e independientes.

El 12,3% de los votos fueron notoriamente escasos para Lousteau. Sobre todo, si se tiene en cuenta el tercer lugar detrás de Unidad Porteña y la lejanía respecto de Vamos Juntos, la lista encabezada por Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica, que había sido su impulsora en 2015. El sentido de la oportunidad de dejar la embajada argentina en Estados Unidos y de regresar anticipadamente para encabezar la lista de Evolución, luego de que quedara descartada la conformación de Cambiemos en la Ciudad, quizá ingrese en esas discusiones posibles. Lo mismo, el camino que tomará Lousteau en particular y el espacio en general. El hecho de que haya habido radicales también en la lista ofi

cialista (y ganadora) anticipa esos pases de facturas.

La primera pregunta que circula es qué lugares ocuparán en la Cámara de Diputados los legisladores que ingresan por Evolución. La radical Carla Carrizo forma parte hoy del interbloque de Cambiemos. Reelecta con el apoyo del radicalismo “partidario” porteño es posible que forme bloque propio junto con Lousteau y algunos aliados posibles, pero manteniéndose dentro de la órbita de Cambiemos. Mientras que el exministro de Economía intentará hacer equilibrio para mantener los apoyos de los distintos partidos de Evolución y no quedar deglutido por el oficialismo. La chance de reeditar su candidatura a jefe Gobierno porteño, en este contexto, parece más lejana. Pero no la de ser un interlocutor de peso del Gobierno y no perder visibilidad en el mientras tanto, a la espera de condiciones mejores.

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