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“Se han abierto más de cuarenta mercados”

En diálogo con El Economista, Marisa Bircher habló sobre los resultados y desafíos de la reinserción comercial

11 septiembre de 2017

Entrevista a Marisa Bircher Secretaria de Mercados Agroindustriales Por Eliana Esnaola

Marisa Bircher es licenciada en comercio internacional y su pasión por el comercio exterior la llevó a trabajar en la Cancillería, la Fundación Exportar y en el sector privado. Hoy, es la secretaria de Mercados Agroindustriales del Ministerio de Agroindustria y la mujer que tiene el gran reto de llevar la agroindustria argentina al mundo. En diálogo con El Economista, habló sobre los resultados y desafíos de la reinserción comercial. “Lo más interesante es el diálogo que recuperamos”, sostuvo.

¿Cuáles son los principales logros de la Secretaría?

Nos pusimos dos grandes objetivos: la apertura de nuevos mercados y la reapertura de mercados en los cuales tuvimos un rol preponderante pero luego dejamos de estar por diferentes motivos. Hasta el momento se han abierto más de 40 mercados. Cuando decimos mercados es producto-país. En un país, cerrar tres mercados implica una negociación totalmente diferente. El último granito que logramos hace unas semanas fue la reapertura del aceite de soja a China. Entre 2011 y 2013 alcanzamos exportaciones de U$S 1.400 millones y en el 2015 dejamos de estar estrepitosamente y bajamos a 0. También abrimos allí el mercado de carnes enfriadas y con hueso, porque estábamos exportando carne congelada y se volvió nuestro primer destino de exportaciones. Ese protocolo lo vamos a estar firmando, si los chinos cumplen su compromiso, en un mes y nos va a permitir poner en marcha las exportaciones a partir del 2018. Volvimos con nuestras legumbres a Latinoamérica. Se le dio mucha luz a los limones con EE.UU., pero el impacto regional que tuvo la reapertura de los cítricos dulces a Brasil genera un crecimiento de desarrollo económico en las economías regionales en materia de empleo, comercio, transporte y demás, mucho más que en otros casos. Estamos con el foco muy puesto en los mercados emergentes que son Africa y Asia. En el 2020 vamos a tener un crecimiento de más de 1.000 millones de personas que van a estar concentrados en esa región. Como el objetivo de ser supermercado del mundo es exportar valor agregado, estamos poniendo foco en esa región donde va a estar creciendo la clase media es la que puede pagar un producto industrializado argentino más allá de las commodities.

¿Cómo ven los otros países a Argentina?

Es lo más positivo que traigo de los viajes, o que traemos, porque somos muchos los que nos repartimos esta agenda y es imposible que una sola persona pueda cumplir 45 visitas como las que estamos haciendo este año. El cambio de Gobierno generó muchísimo interés de volver a dialogar con Argentina. Tenemos una mirada de ida y vuelta del comercio. No podemos abrir mercados, sin dialogar sobre lo que ellos nos pueden exportar en materia de alimentos. Encontramos una complementariedad muy interesante. Por ejemplo, me siento a negociar con Colombia, con ellos perdimos mucho espacio en estos últimos diez años, exportábamos U$S 1.600 millones y hoy, U$S 200 millones. Hablamos con Colombia y le propusimos volver a exportar arroz, fruta fresca, nuestros vinos, y ellos quieren exportarnos la pitaya (fruta exótica), piña y palta. Lo más interesante es el diálogo que recuperamos.

El último granito que logramos hace unas semanas fue la reapertura del aceite de soja a China. Entre 2011 y 2013 alcanzamos exportaciones de U$S 1.400 millones y en el 2015 dejamos de estar estrepitosamente y bajamos a 0

¿Con qué país ha costado más reflotar la confianza?

Considero que confianza es lo primero que surgió con el nuevo Gobierno. Quizás la confianza hay que recuperarla aún más a través de nuestros organismos sanitarios. Con los que estamos dialogando de manera muy dinámica para entendernos cada vez mejor es EE.UU. Realizamos una visita a Washington con el ministro (Ricardo) Buryaile y puedo asegurar que la reunión que tuvimos con Sonny Perdue (Secretario de Agricultura de Estados Unidos) fue formidable. Con respecto al biodiésel, es un tema que se encamina a través de la Cancillería, porque tiene un diálogo diplomático con los países. Si bien fue un reclamo entre privados, hay un muy buen diálogo político. Estamos viendo una propuesta que va hacer Argentina y no tengo duda de que va a dar muy buenos resultados. En 17 meses, todos estos temas que venían estancados se pusieron en marcha.

¿Se abre la importación de carne de cerdo de EE.UU.?

Tenemos abierto el mercado con Brasil, Dinamarca, estamos abriendo Canadá y también se está abriendo el mercado con EE.UU., porque todavía no se efectivizó la apertura. Siempre tratamos de buscar el equilibrio entre la demanda y el consumo local. Acompañando fuertemente el crecimiento que tiene la cadena de cerdo en Argentina y que va a tener en los próximos años. Si en diez años las cosas se siguen haciendo bien, vamos a tener una industria de cerdo tan competitiva como la avícola y la bovina. En carne porcina solo tenemos 16 mercados abiertos, mientras que la bovina tiene 83 y la aviar tiene 55. Entonces, vamos a potenciar la apertura de mercados altamente competitivos para la carne porcina, por ejemplo, China. A medida que vaya creciendo nuestra producción, la importación se va a ir equilibrando.

¿Qué productos son los más competitivos para abrir nuevos mercados?

Cada cadena tiene su propio análisis de competitividad y todavía está afectada por altos costos logísticos e impositivos. El análisis es producto-mercado. Por citar un ejemplo, nuestras legumbres a la India. No estábamos exportando legumbres y trajimos una misión comercial de indios, los llevamos al norte y empezaron a descubrir la calidad de  las legumbres y ya estamos exportando. Nos pidieron un poroto que Argentina no produce, entonces el INTA hizo el ensayo y empezamos a exportar ese poroto especial. En Centroamérica, con una misión comercial inversa, los importadores no sabían que producíamos alimentos para celíacos, sin azúcar, nutritivos, como pueden ser barritas de cereal, miel orgánica, arroz orgánico. Vamos viendo producto- destino. Es un análisis infinito que lo tenemos hecho por cada cadena.

El cambio de Gobierno generó muchísimo interés de volver a dialogar con Argentina. Tenemos una mirada de ida y vuelta del comercio. No podemos abrir mercados, sin dialogar sobre lo que ellos nos pueden exportar en materia de alimentos

¿Cuál es el principal obstáculo de comercio exterior para Argentina?

A nivel local, hay que trabajar fuertemente en bajar los costos logísticos y la carga impositiva y, a nivel internacional, las barreras sanitarias que nos ponemos, y que a veces pesan más que un arancel. Un poco el rol de la Secretaría es ir a negociar accesos que a veces son imposibles. Las barreras sanitarias que encontramos cuando hablamos del bromuro de metilo para la fruta fresca es una barrera que nos deja afuera porque nos baja el precio del producto. Es prácticamente sacarnos del mercado. Siempre tratamos de viajar con alguien del SENASA porque a la negociación la tenemos que empezar de manera inmediata y no podemos delegar en los equipos sanitarios. Las barreras sanitarias serían el gran obstáculo, que le pasa a todos los mercados, no sólo a Argentina.

A nivel local, hay que trabajar fuertemente en bajar los costos logísticos y la carga impositiva y, a nivel internacional, las barreras sanitarias que nos ponemos, y que a veces pesan más que un arancel.

¿De qué se trata Multi.Ar?

Fue una prueba piloto de la que participan 15 empresas multinacionales agroindustriales argentinas. Algunas de ellas son Vicentín, AGD, Arcor, Molinos, Havanna, Cresud, Don Mario, San Miguel, y se pueden integrar más. El objetivo es potenciar la presencia de esas empresas en el exterior pero instalándose, y no exportando porque estas empresas ya exportan a todos los mercados.

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