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Presupuesto 2018: los analistas creen que es demasiado optimista

Si bien coinciden en que el PIB tendrá una variación positiva por segundo año consecutivo y que el IPC seguirá desacelerándose, en el sector privado las proyecciones son más moderadas

19 septiembre de 2017

Por Mariano Cúparo Ortiz

El Proyecto de Ley de Presupuesto 2018 muestra, además de un detalle de cómo pretende el Gobierno lograr el 3,2% de déficit fiscal, pistas fundamentales sobre qué prevé para las variables clave de la macro. También deja nuevamente la impresión de cierta exageración en el optimismo oficial respecto a qué ocurrirá con la economía, como sucedió con el Presupuesto 2017.

En ese sentido, el director socio de Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez, destacó: “Lo primero que hace el proyecto de Ley de Presupuesto 2018, poco resaltado hasta ahora, es reconocer que la Ley de Presupuesto 2017 pecó de optimista en casi todo. Subestimó la inflación,  sobreestimó el crecimiento, subestimó la apreciación real, sobreestimó las exportaciones y sobreestimó el saldo comercial”.

Así, Caamaño Gómez resaltó que el Presupuesto 2018 muestra que mientras su homólogo del 2017 esperaba una inflación anual promedio de 19,4%, el nuevo proyecto corrige esa estimación y espera una de 24%. Algo similar al 3,5% de crecimiento del PIB que esperaba el del año pasado y el 3% que espera hoy. O a la suba de 7,7% que esperaba para las exportaciones y el 1,8% que espera ahora. O el 14,4% que esperaba para la inversión y el 12% que espera el actual. O el $17,92 que esperaba para el tipo de cambio y el $16,70 que espera ahora.

Exageraciones

Algo similar parecen ver los analistas respecto al nuevo Presupuesto para el año que viene: cierta exageración. El Gobierno planteó nuevamente una variación de 3,5% en la actividad, con 3,3% en el consumo privado y 12% en la inversión (que llegaría al 17% del PIB). Además proyectó una inflación promedio anual de 15,7%, que estaría en línea con la meta de 10% (con margen de error de 2 puntos hacia arriba y hacia abajo) que se puso el BCRA.

El Proyecto de Ley de Presupuesto 2018 muestra, además de un detalle de cómo pretende el Gobierno lograr el 3,2% de déficit fiscal, pistas fundamentales sobre qué prevé para las variables clave de la macro

Ahí las dificultades: romper la inercia de 20-25% de inflación que se registró en los últimos diez años (pocos creen que pueda llegar a cumplirse la meta, pero sí que pueda romper la inercia) implicaría que el tipo de cambio permanezca como ancla, lo que a su vez complicaría las posibilidades de que la inversión crezca al 12%, siendo que la base de comparación ya no es tan baja, y que las exportaciones lo hagan al 5,6%, como plantea el proyecto.

Incertidumbres

El economista jefe de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina, explicó: “Nos llaman la atención la inversión y las exportaciones. Sigue habiendo atraso cambiario, y este año se profundizó. Eso hace que se invierta, pero sólo en una parte de la economía. En el sector transable no están dadas las condiciones para una inversión significativa. Prever 12% el año que viene es fuerte. Y lo mismo, ¿por dónde va a venir el repunte de las exportaciones? Porque un aumento de 5,6% es fuerte”.

Sigaut Gravina sostiene que en definitiva su visión respecto al crecimiento es “un poco menos optimista” y prevé uno de 2-2,5%. Dijo: “Para que haya 3,5% se te tiene que alinear todo. Tiene que haber muchos proyectos de Participación Público Privada (PPP) en infraestructura. Está perfecto, pero hasta que uno no vea cuántos de esos proyectos PPP se materializan, es una incertidumbre”.

El Gobierno planteó nuevamente una variación de 3,5% en la actividad, con 3,3% en el consumo privado y 12% en la inversión (que llegaría al 17% del PIB)

La cuestión seguiría dependiendo del ingreso de inversiones privadas, una ilusión que el Gobierno viene persiguiendo hace rato. Por ahora el ingreso de divisas se dio por la vía del endeudamiento, mientras se siguen dando señales al mercado.

“Argentina tiene un déficit de cuenta corriente de casi 4 puntos del producto. Necesitás un ingreso de capitales significativo, por más de 4 puntos del PIB para que haya estabilidad cambiaria y que este modelo funcione. Ese es un supuesto grande y la realidad es que no sabemos. Uno dice: 'Argentina no chocó contra la restricción externa'. Bueno, no chocó porque tiene financiamiento fluido significativo. No es imposible de conseguir pero cualquier revés puede hacer que esa restricción externa que estás alejando con endeudamiento externo del sector público esté a la vuelta de la esquina”, afirmó Sigaut Gravina.

Optimismos

Coincide el director de FyEConsult, Hernán Hirsch: “Desacelerar la inflación implica un tipo de cambio atrasado que a la vez complica a la inversión. El 12% de mejora en la inversión es exagerado. En 2017 vas a tener un buen crecimiento de la inversión más que nada por la baja vara de comparación que tenés. De una economía que no existía, le ponés algo y tenés un crecimiento elevado.”

Hirsch definió: “Al Presupuesto 2018 lo vemos un poco optimista en cuanto a crecimiento. Más de lo que hubiese esperado. Y en cuanto a inflación lo vemos más bajo de lo proyectado por nosotros. Pero ahí el Gobierno está empecinado en tener que cumplir la meta del BCRA. Una inflación que posiblemente las propias autoridades de Hacienda no crean posible”.

El economista jefe de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina, explicó: “Nos llaman la atención la inversión y las exportaciones. Sigue habiendo atraso cambiario, y este año se profundizó. Eso hace que se invierta, pero sólo en una parte de la economía"

En concreto, desde FyEConsult prevén un crecimiento de la actividad de 2,5%, un consumo en 2-2,5% y una inflación promedio de 18,5-19% (muy parecido al 19% que espera Ecolatina, con una interanual en diciembre de 2018 a 16-17%), que implicaría romper la mencionada inercia de 20-25% que vienen mostrando los precios, con un tipo de cambio aún anclado.

Contradicciones

Los privados parecen coincidir: el crecimiento de la actividad estará 1 punto por debajo de lo pautado por el Gobierno. En LCG coinciden con una previsión de 2,5% de variación del PIB y una desinflación más gradual, rompiendo el piso del 20%, en 18% interanual, y con un tipo de cambio haciendo de ancla en $19,52 promedio.

Así, a LCG también le parece exagerado el 12% de variación para la inversión: prevén una de 8%. Y al consumo lo ven mejorando 2%, por debajo del 3,3% pautado por el Gobierno. Además coincide en el escenario no tan ilusorio para las exportaciones, debido al atraso cambiario.

“Parecen particularmente optimistas las proyecciones de comercio exterior: las importaciones se desacelerarían de casi 14% anual en 2017 (en dólares) a la mitad en 2018, mientras que las exportaciones se acelerarían de 1,8% a 5,4%. Aun con menor incertidumbre y menor costo de capital, no parecen resultados que se puedan explicar en el marco de un mayor crecimiento (y de mayor demanda de productos importados) y un atraso cambiario más pronunciado que este año (restando competitividad a los productos exportados)”, sostuvo en un informe publicado ayer.

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