Los cumpleaños de Antonio Cafiero, durante las dos últimas décadas de su vida, se había convertido en un lugar y un momento de encuentros para peronistas distanciados o militando en veredas distintas. Así, durante los noventa podían encontrarse funcionarios del gobierno menemista y dirigentes desencantados, en camino hacia el Frente Grande o lejanos a la vida partidaria. Lo mismo en los años dos mil. Los encuentros en su casa solía albergar a dirigentes kirchneristas en sus distintas expresiones internas y el universo heterogéneo de disidentes, más numeroso con el paso de los años.
Desde su fallecimiento en diciembre de 2014, los encuentros se producen en escenarios distintos, pero con eje en el aniversario de su triunfo como gobernador de la provincia de Buenos Aires, los 6 de septiembre. Con actores y protagonistas distintos, según las circunstancias, y con significados distintos. Si el homenaje del año pasado, en el NH Bolívar, tuvo como eje el reclamo de renovación interna, el de ayer, en el Cementerio de la Recoleta, la palabra omnipresente fue unidad. También, si la mayor visibilidad en 2016 la tuvieron los intendentes que entonces formaban el Grupo Esmeralda y algunos pocos gobernadores (Domingo Peppo, de Chaco, Gildo Insfrán, de Formosa, y Rosana Bertone, de Tierra del Fuego), en esta ocasión las presencias fueron más diversas y no dominantes: desde el diputado nacional Eduardo Wado de Pedro, de La Cámpora, al intendente de Tigre y referente del Frente Renovador Julio Zamora. Del integrante del Instituto Patria, Oscar Parrilli, a un buen número de intendentes bonaerenses pertenecientes a Unidad Ciudadana.
Las ausencias también marcaron la jornada. Sobre todo, de varios de los impulsores del acto homenaje del año pasado. Por caso, su nieto Santiago Cafiero, candidato a legislador provincial por Cumplir, o Gabriel Katopodis, uno de los pocos jefes comunales que continúan al lado de Florencio Randazzo. Pero también resultaron demostrativos del clima ciertos rezongos públicos de Sebastián Galmarini, senador provincial por el Frente Renovador y cuñado de Sergio Massa, que se manifestó incómodo con la mayor presencia kirchnerista que hubo en esta ocasión. “Tanto acordar y nos hacen una emboscada”, señaló a modo de demostración. También estuvo su padre, funcionario de Cafiero durante su gobernación, Fernando Galmarini, que cruzó saludos con el presidente del PJ bonaerense y candidato a diputado nacional por Unidad Ciudadana, Fernando Espinoza.
En esta ocasión, como se dijo, el principal organizador fue Mario Cafiero, uno de los hijos del dirigente fallecido. Envió invitación a distintos dirigentes del peronismo, cercanos a su padre, y también como un gesto hacia la unidad, tan proclamada por estos días. Sobre todo, luego de las primarias. Y tan lejos de alcanzarse, inmerso el peronismo en un estado de crisis de liderazgo y de fragmentación. En el breve discurso pidió “un peronismo unido, solidario y organizado para enfrentar” al gobierno de Cambiemos. También estuvo presente Francisco Cafiero, otro de los nietos.
Entre los intendentes peronistas estuvieron Gustavo Menéndez, de Merlo, quien contribuyó a la organización; Fernando Gray, de Esteban Echeverría; Leonardo Nardini, de Malvinas Argentinas; Santiago Maggiotti, de Navarro; Ariel Sujarchuk, de Escobar; Walter Festa, de Moreno; Alberto Descalzo, de Ituzaingó; Verónica Magario, de La Matanza; y el mencionado Zamora. Entre los dirigentes de La Cámpora, además de De Pedro, estuvieron Mayra García y Fernanda Raverta.
