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El costo de fondeo soberano está “en mínimos históricos”

Según un informe de F. Muñoz, se ubica debajo de 6%

11 septiembre de 2017

El costo del financiamiento soberano, es decir, el costo del capital (también para empresas y provincias), tiene todo el terreno liso para seguir cayendo. Y el motivo es obvio: está cayendo la tasa libre de riesgo (el bono del Tesoro a 10 años) así como el riesgo país.

“Durante meses (especialmente tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca), se temió por un endurecimiento sensible del contexto financiero global. Sin embargo, ese riesgo dista de haberse materializado. La Fed comenzó a elevar las tasas de interés de corto plazo, pero las tasas largas ?las más relevantes para nuestro financiamiento- se mantienen deprimidas”, dice Federico Muñoz en su último reporte.

Agrega: “La bonanza del actual escenario financiero queda reflejada en nuestro proxy del costo de financiamiento externo, un indicador que resulta de la suma del rendimiento del bono del Tesoro americano a 10 años y la prima de riesgo país (spread EMBI de JPMorgan). El yield del bono del Tesoro insinuó en el comienzo del año un repunte (en marzo llegó a superar 2,6%), pero se desinfló con el correr de los meses y hoy está cerca de perforar el umbral del 2%. El spread EMBI de Argentina, por su parte, se comprimió de manera notable tras el resultado de las PASO, cayendo por debajo de los 400 puntos básicos. En consecuencia, el mencionado proxy llegó a ubicarse en los últimos días por debajo del 6%; mínimo absoluto de la serie histórica”, dice Muñoz.

Que la tasa de interés internacional relevante para Argentina haya caído a un nivel tan bajo es un dato sumamente auspicioso de cara al 2018, subraya el reporte. “Para empezar, la disponibilidad de financiamiento barato aseguraría la viabilidad del tratamiento gradualista que eligió el Gobierno para lidiar con el problema fiscal y evitaría la necesidad de un ajuste abrupto”, dice y sugiere que, además, eso se puede sentir en la economía real. “Tanto o más importante, la caída de nuestro riesgo país debería operar como un factor dinamizador de la inversión real, pues hará que se exija una menor tasa de retorno a los proyectos expansivos en danza y porque habrá crédito externo barato para financiar esos proyectos”.

Más crecimiento

Por si el escenario financiero per se no sea suficientemente positivo, también hay viento de cola por el lado de la economía real. “Así como el escenario financiero externo luce muy constructivo, también hay algunas buenas noticias en el frente comercial. En efecto, la economía global al fin ha logrado ganar dinamismo. De hecho, el segundo trimestre de 2017 fue el de crecimiento más ágil del PIB global en siete años”, agrega. “La aceleración del ritmo de crecimiento es particularmente sensible entre nuestros socios comerciales”, dice Muñoz. Además, y aunque seguimos “lejos del escenario dorado de la soja a US$ 500”, amplía Muñoz, “la caída de los términos de intercambio ha sido acotada y siguen en un nivel alto para los parámetros históricos”.

“Es muy probable que el escenario internacional en el que se moverá la economía argentina en 2018 sea bastante favorable”, dice Muñoz y vaticina: “Se van acomodando las distintas piezas para que disfrutemos en 2018 de la continuidad de la recuperación económica iniciad a fines de 2016 y podamos al fin  ilusionarnos con el ingreso a un sendero de crecimiento sostenido”.

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